Se sabía que una de las principales fortalezas de los New York Yankees para la próxima temporada es su cuerpo de relevistas, integrado encabezado por el lanzallamas cubano Aroldis Chapman como cerrador e integrado además, entre otros, por el dominicano Dellin Betances, Zach Britton y Chad Green.
Si eso ya parecía mucho, ahora los Yankees acaban de añadir al derecho Adam Ottavino con un contrato de tres temporadas y 27 millones de dólares.
Ottavino, de 33 años, viene de la mejor temporada de su carrera, al ponchar a 112 bateadores en 77.2 entradas a lo largo de 75 partidos. Tuvo récord de 6-4 y efectividad de 2.43, con un WHIP de 0.99.
En ocho campañas en las Mayores, siete de ellas con los Colorado Rockies y una (2010) con los St. Louis Cardinals, tiene balance de 17-20 y promedio de limpias de 3.68.
Era, después de Craig Kimbrel, el relevista más deseado entre los que se encontraban disponibles en la agencia libre.
Su contratación es una jugada magistral de Brian Cashman, pues no sólo añade una pieza para reforzar aún más su bullpen, sino que impide que sus archirrivales Boston Red Sox se hagan de sus servicios para reemplazar a Kimbrel, quien está pidiendo un pacto de al menos seis años, por una cantidad de dinero que la gerencia de Boston no parece estar dispuesta a pagar.
En el año 2000, los Yankees adquirieron vía waivers al toletero cubano José Canseco, no porque lo necesitaran en ese momento, sino para evitar que los Medias Rojas se reforzaran en la recta final de la campaña.
Canseco terminó ganando un anillo de campeón, el segundo de su carrera, aunque sólo tomó un turno en toda la postemporada, justo en la Serie Mundial ante los New York Mets.
Con Ottavino, ahora los Yankees tienen un quinteto de lujo para los innings finales del juego, lo cual debe redundar en una ayuda inestimable para una rotación que deja bastantes dudas, sobre todo por el tema de la salud de los zurdos James Paxton, adquirido en canje con los Seattle Mariners, y C.C. Sabathia, operado recientemente del corazón.
Pero ahora, Sabatia, Paxton, el también zurdo J.A. Happ y los derechos Luis Severino y Masahiro Tanaka no tendrán que esforzarse tanto por avanzar lo más profundo posible en cada salida, pues para eso el manager Aaron Boone tiene lista una escuadra de lanzallamas para asegurar las victorias.
El recién llegado, que en meses recientes causó una gran polémica al asegurar que de haberle lanzado a Babe Ruth lo hubiera ponchado cada vez que lo enfrentara, ahora tendrá la oportunidad de vestir el uniforme de rayas que hizo célebre el Bambino.
Ojalá no le quede grande y tenga que tragarse sus palabras.