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Tribu en pie de guerra y posible tricampeón

El veterano Oscar Salazar es uno de los puntales ofensivos de los Caribes de Anzoátegui. María Isabel Batista

Todo le ha salido bien a los Caribes de Anzoátegui en la temporada 2014-2015 del beisbol venezolano.
Contrataron al manager Omar López, un debutante en el circuito, apenas con experiencia en clase A, y con él impusieron un récord para la franquicia de 12 victorias seguidas, además de igualar la marca de 39 triunfos en una temporada.

Planearon una rotación de brazos importados, con poquísimas modificaciones que también fueron programadas, y el quinteto se mantuvo estable durante todo el torneo.

Cuentan con uno de los más claros candidatos al premio Carrao Bracho como Pitcher de Año, José Álvarez, y con uno de los principales aspirantes al Jugador Más Valioso, el campocorto novato Orlando Arcia.

Son dueños de un lineup estable y de un cuerpo de relevistas que dominó el circuito de octubre a diciembre.

Tomaron en el draft de adiciones y sustituciones al mejor bateador disponible, el cubano Félix Pérez, y a tres buenos lanzadores.

¿Quién detiene a esta tribu en pie de guerra?

Los aborígenes comienzan la postemporada este sábado, como legítimos favoritos en la LVBP. Es una asignatura que tienen pendiente desde enero pasado, cuando fueron derrotados en la final por los Navegantes del Magallanes.

Se trata de un equipo de potente ofensiva, a pesar de perder a los dos importados que trajeron con la intención de blindar la zona media del lineup. Un conjunto que tiene como bastiones a los bigleaguers Oswaldo Arcia, Ehire Adrianza, Alexi Amarista y a veteranos como Gorkys Hernández, Balbino Fuenmayor, José Gil y Oscar Salazar.

Es el candidato a vencer en estos playoffs, que apenas comienzan.

Pero la competencia promete ser cerrada. Los Caribes no son invencibles (cerraron la justa con balance de 9-14, luego de empezar con 30-12) y al menos otros dos elencos parecen suficientemente bien armados para triunfar.

Los Tigres de Aragua cerraron a toda carrera, en el segundo lugar. Cuentan con una rotación que dispone de cinco buenos brazos, encabezados por el curtido Freddy García, el grandes ligas Jason Lane y el rendidor dominicano Manny Correa, colíder en victorias durante la ronda eliminatoria. Además, su alineación infunde respeto.

Los bengalíes tienen de regreso a Avisail García, anuncian la incorporación de Martín Prado y mantienen a Wilson Ramos, Eduardo Escobar, Yangervis Solarte y Josmil Pinto, a los buenos novatos Ramón Flores, Teodoro Martínez y algunos sobrevivientes de la asombrosa dinastía de la década pasada, como Héctor Giménez y Alex Romero.

La única duda de los rayados está en el bullpen, a pesar de Ronald Belisario, y por ello han sumado brazos desde el final de la fase regular y luego, a través del draft de adición y sustituciones.

Los Navegantes del Magallanes, el bicampeón en ejercicio, tuvieron problemas para meterse en enero. Juan Rivera y Ramón Hernández no produjeron igual, luego de un año en la inactividad, y el rendimiento de otras figuras tampoco ha sido el esperado.

Hay que temer a los turcos, sin embargo. Poseen una rotación sólida, con Chris Leroux, Anthony Lerew, el bigleaguer David Martinez y el recién llegado Omar Poveda, que brilló con los Bravos de Margarita. Su bullpen es profundo como el que más, con el Cerrador del Año, Hassán Pena, para los innings finales.

Mario Lisson sigue lesionado, pero mantienen a bordo a Endy Chávez, Ronny Cedeño, Ezequiel Carrera, Andrés Eloy Blanco y Adonis García, a la espera de una buena noticia con Rougned Odor y con nuevas incorporaciones en el draft. Si los bates de los filibusteros despiertan, habrá que ver como algo posible el tricampeonato.

Las Águilas del Zulia volaron alto durante la primera mitad del campeonato, pero cerraron la segunda con registro negativo. Son una incógnita en estos playoffs, a pesar de contar con el mejor staff de lanzadores, especialmente con un cuerpo de relevistas vigoroso y efectivo.

La mayor debilidad de los rapaces es la ofensiva. Perdieron mucho con la marcha de sus importados, sobre todo al lesionarse el colombiano Giovanny Urshela y Mark Minicozzi, que tan bien habían reemplazado a los ausentes Marwin González y Ernesto Mejía.

Los occidentales esperan haber compensado parte de esos problemas con la incorporación del catcher Carlos Pérez y el infielder Daniel Mayora. Su rotación sigue siendo compacta, especialmente con la llegada del cubano Amaury Sanit y si se confirma que Alex Torres está recuperado del chikungunya.

La continuidad del lastimado José Pirela, Ender Inciarte y Freddy Galvis será clave, también, en lo que puedan hacer los dirigidos por Eddie Pérez.

Los zulianos, al igual que los Tiburones de La Guaira, llegaron a la cita con menos impulso. Es un aspecto a tomar en consideración. Pero los escualos tienen dos puntos rotundos para el optimismo: un pitcheo que ha ido encontrando brazos aptos en el material criollo y el manager más exitoso en el último medio siglo en la LVBP.

La mano de Buddy Bailey se notó en el manejo del bullpen durante el extenuante desempate del viernes con los Leones de Caracas y los Cardenales de Lara. Es un piloto que mueve poco sus piezas a la ofensiva, pero con ojo clínico en el uso de sus serpentineros.

También es un especialista en hacer escogencias efectivas en el draft. Con Julio De Paula y Kyler Newby tiene un mejor cuerpo de bomberos, aunque se teme la pérdida del cerrador Gregory Infante. Y la rotación es la mejor de los últimos años en la franquicia, gracias a Junior Guerra, Ramón Ramírez y Edgmer Escalona.

La ofensiva de los salados es irregular, a pesar de los grandeligas Carlos Sánchez y Miguel Rojas. Falta ver si en verdad se suman Gregor Blanco, Alcides Escobar y Francisco Rodríguez, como han asomado. Pero algo está claro: los litoralenses tienen mayor potencial de lo que parece a simple vista.

Que comience la batalla.