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¿Está realmente listo Yoan Moncada para las Mayores?

"Detalles, sólo pequeños detalles por pulir". Esa fue la respuesta del cubano Yoan Moncada, prospecto número uno de todo el béisbol, a la pregunta de ESPN Digital de cuánto faltaba para verlo establecerse en las Grandes Ligas.

Eso fue el pasado 10 de julio, durante el Juego de Futuras Estrellas, disputado en Miami.

Nueve días después era llamado a las Mayores con los Medias Blancas de Chicago y a la luz de los acontecimientos, los pequeños detalles no son tan pequeños, ni tan detalles.

En su primera incursión en Grandes Ligas, el año pasado con los Medias Rojas de Boston, Moncada mostró tener un hueco enorme en su swing, al extremo de poncharse en 12 de sus 19 turnos al bate.

Disparó cuatro hits, uno de ellos doblete, para un average de .211, con promedio de embasamiento de .250 y un solo pasaporte negociado.

Fue reenviado a las Menores después de ocho partidos para que trabajara en su swing y en el invierno transferido a los Medias Blancas en el canje que llevó a Boston al estelar zurdo Chris Sale.El 19 de julio recibió la esperada llamada de Chicago y aunque ha mostrado algunos destellos de lo que de él se espera, el hueco en el swing sigue ahí, inmenso, evidenciando, al menos en estas dos primeras semanas, que todavía no está listo para las Grandes Ligas.

En 38 oportunidades ha abanicado 16 veces (42%), con apenas cuatro imparables (dos sencillos, un biangular y un jonrón), para un anémico average de .105, aunque esta vez ha mostrado algo de paciencia en el plato y lleva seis bases por bolas.

Posiblemente el ser el prospecto número uno de todo el béisbol sea una presión demasiado grande para el muchacho, que recién acaba de cumplir 22 años.

Ese afán de brillar a toda costa, de llenar las altas expectativas, puede haberlo llevado a provocar un choque terrible con el jardinero Willy Garcia esta semana, evidenciando una falta de comunicación con su compañero en la defensa.

Encima de eso, el manager Rick Rentería no ha sabido manejar al joven y lo ha colocado en turnos de extrema responsabilidad, entre el segundo y el sexto, en lugar de quitarle peso de encima para que pueda ir ganando en confianza.

Pero, ¿qué hacer con él para que su cabeza no se pierda en tribulaciones por la frustración de no poder cumplir con las expectativas?

Creo que devolverlo a las Menores podría dañar la autoestima y confianza del chiquillo, quien vería su democión más como un fracaso, que como una lección y aprendizaje.

Debe olvidarse de sus números y seguir jugando, tratando de aportar de la manera que pueda y de momento, lucirse con el guante en la defensa del segundo saco.

Y trabajar duro, durísimo, sin descanso, en mejorar su contacto, disminuir el agujero en el swing.

Tomar estos dos meses que restan de temporada como una terapia de choque de la que sacar las mayores enseñanzas y experiencias para cuando comience ya a tiempo completo en Grandes Ligas en el 2018.

No, Moncada no está listo aún para las Mayores, pero por ahora me niego a creer el criterio de un colega en Miami, que a modo de pregunta se cuestionaba si lo llegaría a estar alguna vez.

A fin de cuentas, las frutas de un mismo árbol no maduran todas al mismo tiempo.