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Washington Nationals en disyuntiva: ¿Vender o comprar?

Entramos en julio y llega el momento de decisiones difíciles para la mayoría de los equipos. Algunos llegarán tan bien posicionados a la pausa por el Juego de las Estrellas que están obligados a salir al mercado en busca de las piezas que ajusten mejor sus maquinarias para enfrentar la postemporada.

Pero aun así, no es fácil decidirse a hacerlo, pues por lo general, toca desprenderse de valiosísimos prospectos para obtener jugadores en una renta de tres meses, que no siempre dan los resultados esperados.

Es, simplemente, una lotería. A algunos les toca, a otros no. O están también aquellos equipos que no van a ningún lado y desde hace tiempo están pensando en el 2020 y más allá.

Entonces aprovechan para desprenderse de lastre y pescar futuro, algo que tampoco garantiza nada, pero al menos permite proyectar a mediano y largo plazos.

Y están los ambiguos. Esos equipos que a esta altura tienen un pie dentro y otro fuera de la postemporada y cuyos gerentes generales se devanan los sesos para saber si valdrá la pena la decisión que se tome.

Uno de esos son los Washington Nationals.

El equipo de la capital aparece ahora mismo, antes de iniciar una serie de tres juegos ante los Miami Marlins, con récord positivo de 42-41, en tercer lugar de la división Este de la Liga Nacional.

La diferencia que separa a los Nacionales de los Atlanta Braves, líderes divisionales, es de siete juegos, mientras que por delante están también los Philadelphia Phillies, a raya y media por encima.

Aspirar a ganar la división parece difícil, pero están los comodines y ahí, Washington está de lleno en la comida.

El primer wildcard ahora lo ocupan los Chicago Cubs (45-40), mientras que a medio juego están empatados por el segundo boleto los Filis y los Colorado Rockies (44-40).

Entonces, a juego y medio está el conjunto de la capital del país y esa diferencia es perfectamente borrable con un buen empujón.

En los dos primeros meses de la contienda, los Nacionales jugaron para balance de 24-33 y todo indicaba que sería un equipo vendedor antes del 31 de julio.

Allá afuera, los contendientes reales se afilaban los dientes con Max Scherzer y Anthony Rendón como las principales carnadas en eventuales canjes.

Pero llegó junio y el equipo se transformó, gracias, en gran medida, a que Scherzer recuperó su magia desde la lomita y tuvo uno de los mejores meses que haya tenido jamás pitcher alguno, al conseguir seis victorias en igual número de aperturas, efectividad de 1.00 y 68 ponches en solamente 45 innings.

A lo largo del mes, Washington ganó 18 de 26 encuentros, una tercera parte de ellos de la mano de su estelar serpentinero, con lo que pasó a tener un récord global positivo.

Por su parte, Rendón logró finalmente su primera invitación al Juego de las Estrellas, después de dar palos prácticamente desde que llegó a las Mayores en el 2013.

Entonces, ¿qué hacer? Todavía no es hora de tirar la toalla, aunque las probabilidades de llegar a los playoffs son, digamos, de un 50-50.

No quisiera estar en el pellejo de Mike Rizzo, el gerente de los Nacionales, cuya cabeza debe ser hoy un hervidero de preguntas.

¿Y si decide mantener a Scherzer y a Rendón y al final el equipo se queda corto? ¿Y si deja pasar la oportunidad de obtener a los mejores prospectos disponibles a cambio de sus dos cotizados jugadores?

¿Y si los cambia y el equipo sigue jugando bien en agosto y septiembre y al final hacen falta Scherzer y Rendón?

¿Y si consigue quitarse de encima gran parte de los 84 millones de dólares que todavía se le deben del contrato al derecho de los ojos de dos colores?

El gerente general de los New York Yankees, Brian Cashman, dijo dos semanas atrás que el equipo estaría dispuesto a todo por tal de conseguir a Scherzer.

Dada la profundidad que han demostrado tener los Yankees en todas sus instancias, sería una oportunidad invaluable para los capitalinos de obtener a talentosísimas figuras jóvenes, pero incluso ya probadas en Grandes Ligas, como Clint Frazier o el venezolano Thairo Estrada.

Pero las cosas han cambiado en un abrir y cerrar de ojos y al menos por ahora, parece difícil que los Nacionales muevan sus piezas.

Da la impresión como que verán cómo se mueven las aguas en julio y esperarán a última hora para tomar una decisión, para además, jugar con la desesperación de los potenciales compradores.

Por cierto, que varios canjes de último minuto han sido claves en años recientes.

El 31 de julio del 2015, una hora antes de que expirara el plazo, los New York Mets adquirieron a Yoenis Céspedes de los Detroit Tigers y el cubano los llevó hasta la Serie Mundial.

El 31 de agosto del 2017, los Houston Astros reclamaron de waivers a Justin Verlander, también de Detroit, y el derecho fue fundamental en la conquista de la corona en el clásico de octubre.

Scherzer podría ser otro más de esos, pero para saberlo primero tendremos que esperar casi todo el mes de julio.