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Osorio... en el País de las Maravillas

NASHVILLE -- Juan Carlos Osorio ha creado su propio universo. Alicia en el País de las Maravillas.

Seis juegos bajo interrogatorio, cinco de ellos oficiales. Ya bastante trémula se mostraba la selección mexicana ante Venezuela, Jamaica, Chile y Honduras, con excepción de 20 minutos de excelencia ante El Salvador.

Nueva Zelanda permitió recrear universos alternos. Anthony Hudson rebasó la ficción de Julio Verne, al glorificar de manera extraña la parsimoniosa inocencia de su equipo, hasta afirmar y firmar que "México termina siendo predecible y previsible".

Osorio no vio defectos en su Tri experimental, en su equipo emergente, en su selección de contingencias.

De hecho, como pasando lista tras un examen de admisión, fue endilgando elogios a todos, e incluso de manera desproporcionada, por ejemplo a un Hugo Ayala, que se equivoca dos veces en el gol de Nueva Zelanda y genera otra oportunidad más para los All Whites.

Entendible, justificable incluso, que el entrenador se convierta en socio de sus jugadores públicamente, pero no puede ser cómplice en la cofradía de la concentración. El paternalismo es, históricamente, el mejor enemigo del futbolista mexicano.

1.- Giovani dos Santos tuvo momentos de brillantez. De atrevimiento futbolístico y emocional. Y Osorio cree plenamente en él.

Falta, sin embargo ver a Gio de lleno en el clima patibulario que privará a lo largo del Hexgonal Final de la Concacaf. Las cacerías de los mastines rivales, irán sobre los tobillos de Giovani.

2.- Si Marco Fabián pudo encontrar libertad para elegir y hasta inventarse callejones entre los adversarios, es por la tiesa formación de Nueva Zelanda. Su rigidez posicional era vulnerable con un poco de movilidad.

Y lo mismo puede decirse de Jesús Dueñas. Encontró libertades para hacer su mejor partido. Tuca Ferretti no ha disfrutado de un encuentro tan grandilocuente como el que su versátil jugador tuvo este sábado por la noche.

Insisto, las libertades físicas, técnicas y espirituales, inspiran a los adversarios.

3.- Anthony Hudson, un entrenador joven, de 35 años, que despierta apetito en la Liga Premier, ciertamente reprobó un par de exámenes.

Hirving Lozano nunca tuvo una marca correcta. Abierto por un costado, era predecible el cambio de juego, e incluso que siempre se ofrecería para un relevo inmediato por el costado.

Magnificar su rendimiento, cuando es evidente que en el Hexagonal le permitirán uno o dos desbordes, antes de ir a pagar la tarjeta amarilla con una entrada violenta, es realmente un acto de ingenuidad.

Es decir, en el discurso final de Osorio, pueden caber los elogios, pero no el desconocimiento de los pecados.

Dar la absolución, considerar el indulto a priori, es prohijar la mecánica de la equivocación. Y descargar elogios de manera tan absoluta y desmedida, puede ser un mensaje irresponsable para algunos futbolistas que batallan para ser titulares en sus equipo.

El 2-1 puede engañar a muchos, que desde el cómodo palco del fanatismo, se pueden entretener con el regocijo, pero tratar de manosear o de engatusar a medios, jugadores o al mismo cuerpo técnico, puede ser peligroso, porque, después, cómo convencer al futbolista de que hay dos discursos en un mismo personaje.

Estados Unidos está a un mes de distancia. Y se juega en Columbus. Alicia no tiene estadio de futbol en su País de las Maravillas.