<
>

América, una cATLAStrofe

play
Paco Gabriel de Anda sobre Santiago Solari: "Está rebasado o ya se quiere ir" (2:43)

El especialista de Futbol Picante aseguró que no es casualidad el mal arranque del América en el torneo. (2:43)

LOS ÁNGELES -- Sin gol. Sin victoria. Sin refuerzos. Sin clemencia arbitral. Sin protagonismo. Sin respeto en su casa. Sin títulos. América y Santiago Solari languidecen. 0-2, sucumben ante la chiquillería del Atlas Campeón y su ángel guardián Camilo Vargas.

El mejor equipo del 2021, en cifras, pero sin trofeos, se colapsa, en la cancha de su Estadio Azteca, en la Tabla de Posiciones y en las redes sociales. Las Águilas zopilotean sus propias desgracias.

Marco Ortiz aparece como villano arbitral. Cierto: una roja in extremis contra Federico Viñas: 13 minutos duró en la cancha, 13 como la posición de las Águilas en la tabla. ¿Penalti sobre Salvador Reyes? El americanista busca el choque sobre Martín Nervo. Hace tiempo que el arbitraje dejó de ser servil a Coapa.

¿Futbolísticamente? América fue mejor mientras estuvo completo, aún sin sus presuntos refuerzos, en especial Diego Valdés y Jorge Meré, quienes siguen en la incubadora enigmática de Solari, quien ayer se mantuvo impávido en la tribuna.

Atlas mantuvo un rigor marcial sobre su estilo. Una intensidad que agobia, pero no seduce. No agrada, no honra a La Academia, ni a los Niños Catedráticos, ni a los Amigos del Balón, pero ya suma un título y siete puntos.

Además, mientras en El Nido gimotean por falta de refuerzos, y Santiago Baños, innoblemente, descastadamente, pide cadalso mediático para quienes lo critican en su propia casa, mientras ocurren esos deleznables actos de plañideras, el Atlas lo fulmina con el ejemplo: golazos de sus engendros atrevidos. La madriguera del Zorro recupera la fertilidad.

Diego Barbosa, al ’70, cimbra el marcador, el Azteca, y al bobalicón que le elabora las convocatorias al Tata Martino. Controla con el pecho un rechace de Jordan Silva. El balón, flotadito, querendón, cómplice, es pepenado con brutal disparo por el juvenil. Balazo cruzado. Los caireles y el rictus de Memo Ochoa sólo avivan la estampa del 0-1.

¿Qué debe perturbar al América en ese gol? Que Barbosa le gana la espalda a Pedro Aquino y a Reyes, quienes lo contemplan, metros detrás del vivaz rojinegro. ¿Y la concentración? Entre el centro al área que rechaza Silva y la floritura de Barbosa, pasan segundos y los americanistas, pasmados.

El 0-2, llega también desde la cuna de Zorros, aunque Ozziel Herrera es cinco años menor que Barbosa. Édgar Zaldívar sirve largo, elevado, frontal. Ozziel se aviva ante la artritis física y mental de Sebastián Cáceres. Ozziel anticipa al torpón uruguayo, controla de espaldas, gira sobre su izquierda, y empalma raso y colocado. Los bucles de Ochoa pizcan pasto, y el balón las redes.

El alarido de ambos goles se coagula estruendoso, festivo, eterno, en la garganta de Enrique Bermúdez. Feliz por su Atlas, pero más aún porque ante el proceder siniestro de Santiago Baños, enviando memos quejumbrosos de su empresa, al final, su negligencia o incapacidad, o ambas, quedan exhibidas por el Atlas. La deshonra del director deportivo se multiplica por dos en la cancha.

¿Crisis en el América? Cuando el fanfarrón del #ÓdiameMás increpa a su pequeñito universo de la Liga Mx, se multiplican y se mortifican sus tropiezos. Anda por la vida con gestos pendencieros, entonces el América debe asumir y tragar las consecuencias de sus boberías. Lo que en otros es una derrota, en Coapa se magnifica en el sismógrafo.

El Nido suma siete partidos bajo silencio sepulcral. No hay victorias, que enciendan el salón de baile. Suma siete juegos sin ganar. Una racha que empareja la de Miguel Herrera. De esos siete juegos, suma cuatro derrotas y sólo tres goles a favor por nueve en contra. Al matarife de barriada, lo silencian los números.

Tiene razón Gilberto Adame, pero su voz se empequeñece ante el gigantismo del bullying, azuzado incluso por americanistas. “Están haciendo un drama donde no existe. Es la fecha tres, no hemos jugado la 2. El torneo anterior fuimos súper líderes, fuimos la defensa menos goleada, pero eso no lo dice nadie. Tenemos un plantel para pelear por el título”.

Pero, Adame también tropieza. Su entrenador y su directiva reconocen que necesitan refuerzos, un volante-extremo por derecha, posición que este sábado por la noche Alejandro Zendejas cubrió más con empeño que con oficio y autoridad. La realidad es que América ha dejado ir más refuerzos que puntos en esos más recientes siete juegos.

El torneo aún cambia pañales. Tras la fecha FIFA, América podrá cambiar la cara. Se meterá a jugar contra los esperpentos de la Liga: San Luis, Santos, Mazatlán y Pachuca. Y tal vez, sólo tal vez, para entonces, el Departamento de Inteligencia Deportiva de Coapa, encuentre vacuna contra la estulticia.