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Checo Pérez, en tormenta de errores y crisis; Max, victoria 60

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Lo de Checo, una racha negativa que ya debe preocupar (2:55)

Sergio Pérez abandonó el GP de Canadá tras accidente. El piloto mexicano partió desde el lugar 16 en la parrilla. (2:55)

Checo Pérez entra en crisis, luego de tres Grandes Premios con malos resultados, mientras que Max Verstappen gana su GP 60 en la F1


Sergio ‘Checo’ Pérez está en el centro de su crisis anual de resultados en la F1. El mexicano agravó este estado de bajo rendimiento con un abandono por choque en el Gran Premio de Canadá y, aunque el Red Bull sufrió por las condiciones en Montreal, su coequipero, Max Verstappen encontró la manera de ganar su GP 60 en la Máxima Categoría.

Algo extraño ha pasado a Checo Pérez y su lado del garage en Red Bull una vez que el calendario dejó Miami y pasó por Imola, Mónaco y ahora Canadá.

El tapatío Pérez coqueteó con el retiro de GP de Canadá desde la curva dos. La lluvia se mostró poderosa y tras arrancar en el lugar 16, luego de una pobre calificación, Checo fue tocado por Pierre Gasly, quien, como todos patinaba en los cambios de dirección com quien camina descalzo por un piso enjabonado.

El incidente con Gasly dañó el auto de Checo Pérez, quien quedó condenado a circular entre los cinco de la cola.

Además, fue investigado porque en su abandono llevó su auto dañado por la pista hasta los pits y, a decir de los comisarios, puso en riesgo al resto de los autos al dejar restos de su coche. Por ello, tendrá tres lugares de castigo en el GP de Barcelona que será en dos semanas.

Mientras tanto, Verstappen trató de atacar a George Russell desde la primera curva, pero el inglés de Mercedes, lo mantuvo a raya, al menos por un rato.

Russell le había arrebatado la pole position a Max el sábado, al marcar exactamente el mismo tiempo de 1:12.000, pero un minuto antes, y tenía esperanzas de llevarse la carrera de punta a punta, pero las condiciones climáticas hicieron de la prueba llevada cabo en la Isle de Notre Dame fuera un sube y baja de estrategias, emociones, errores y aciertos.

Para empezar, 18 de los 20 autos portaban neumáticos intermedios y sólo los valientes de Haas se tiraron con llantas completas de lluvia, Ahí, el dios de agua los miró a los ojos y su lectura meteorológica les redituó.

Nico Hulkenberg hiho un par de buenos movimientos y avanzó de la posición 11 a la 8, pero su compañero Kevin Magnussen pasó del lugar 14 al 5 en dos vueltas, lo que parecía una locura, más cuando rebasó a Oscar Piastri y se puso en cuarto sitio, tres giros después.

Pero, Montreal jugó con el clima para poner a los Haas de nuevo en su realidad. Dejó de llover y los neumáticos del sorprendente Magnussen dieron de sí. Al final no se llevaron puntos, pero le pusieron mucho sabor a las primeras vueltas.

Vuelta tras vuelta, lo que empezó como una pista anegada por la lluvia torrencial, drenaba con una llovizna persistente y al paso de los autos los neumáticos desplazaban el líquido.

Las llantas de lluvia adquieren la temperatura ideal con la cantidad de agua necesaria, pero una vez que el asfalto pierde humedad para las gomas empieza un problema de sobrecalentamiento y baja de rendimiento.

Ahí es cuando las estrategias comenzaron a cruzar las mentes de los ingenieros en el pitwall. ¿Cuál sería el mejor momento para llamar a sus autos a fosos? ¿Deberían hacer la apuesta por gomas lisas?

Las condiciones mixtas del circuito provocaron errores, incluso de Max Verstappen, quien en la vuelta 17 se siguió de largo en la primera chicana.

Lando Norris escuchó la ‘campana’ y se puso en modo ataque justo detrás del Red Bull del tricampeón mundial.

Así, tres giros más tarde, se vio algo que no es muy común, algo así como avistar una rara ave que se creía extinta: Lando Norris rebasó a Verstappen con autoridad con el recientemente habilitado DRS.

Ahora tocaría el turno a Russell de poner una llanta mal y tener que cruzar la chicana, lo que no perdonaron ni Norris ni Verstappen y lo mandaron al tercer puesto.

El ritmo del McLaren de Norris era indiscutible tanto que era hasta dos segundos más veloz que Verstappen, pero no contaba con que el choque de un Williams acabaría con su momento.

En la parte más baja de la carrera, Checo Pérez batallaba para contener a Gasly, hasta que Logan Sargeant aportó una bandera amarilla y el consecuente Safety Car a la carrera, cuando probó la solidez del muro.

Todos, menos Yuki Tsunoda, Esteban Ocon, Valtteri Bottas y Lando Norris fueron a pits por un juego nuevo de Intermedias. El quedarse una vuelta más en pista le costó a Norris la punta, pero también marcó el destino de otro de los protagonistas de la temporada.

De por sí los Ferrari había calificado mal, al quedarse ambos en la Q2, en carrera las cosas no mejoraban. Charles Leclerc discutía con su ingeniero y reclamaba el nulo agarre del SF-24, así que se arrojaron a una arriesgada estrategia.

Ferrari decidió, luego de una larguísima parada llena de indecisión y frustración del ‘Príncipe de Mónaco’, montar gomas duras para piso seco.

“Trata de mantener el coche en la pista por dos vueltas, luego dejará de llover”, indicaron a Leclerc en el radio.

Desafortunadamente para Leclerc, su meteorólogo de confianza mostró que tal vez no fue el mejor de su clase. La lluvia socarrona se quedó mucho más de dos vueltas y tuvo que regresar avergonzado por las Intermedias y hasta fue lapeado por los cinco primeros.

No sabemos si al final retiraron el auto por dignidad o por una falla, pero llamaron a Leclerc acabó su miseria en los fosos.

Con un ojo en la pista y otro en los nubarrones, los equipos trataban de descifrar los designios de Thor, Tláloc o el dios que pudiera darles luz en sus decisiones.

Verstappen lideraba seguido por Russell y Norris. Checo Pérez tomaba el ‘atajo’ en la curva dos en un intento de estar cerca de Gasly, quien fue su rival toda la carrera.

Fue en la vuelta 40 que el francés de Alpine tomó el valiente albur de ir por llantas duras como Leclerc, pero con una pista que cada vez tenía menos lagunas.

A Gasly lo siguieron, Bottas, Magnussen y cuatro giros después todos los demás, poco a poco montaron las slicks, todos menos el Top 3 que jugaron a ser conservadores por una vueltas. En la 47 de 70 vueltas, Verstappen y Russell fueron por medias y Norris, de nuevo se quedó dentro de pista, pero su jugada probó ser fallida, cuando al ir a pits un giro después, en la salida se topó con la única parte muy mojada de todas y tardó muchísimo en reintegrarse y devolvió la punta a Max y el segundo a Russell.

Fue increíble cómo Russell pudo terminar la carrera. En la vuelta 51 cometió otro error y Norris lo facturó, mientras que Max ponía tierra de por medio, lo que menos le convenía era una bandera amarilla y paradójicamente esta arribó con la firma de Checo Pérez.

El mexicano perseguía Daniel Ricciardo, quien se acordó de cómo manejar luego que Jacques Villeneuve dijera en la TV inglesa que estaba acabado.

El australiano se defendía ferozmente, como debe ser, Checo en zona de DRS trataba de pegarse a su alerón, pero puso media llanta en la parte mojada de la curva seis. Trompo, golpazo con el alerón trasero, daño terminal y Checo regresó a pits con el auto convertido en un cuadro de Picasso.

Inmediatamente después Carlos Sainz se salió igual que Checo Pérez y se llevó puesto a Alex Albon, así el Safety Car salió a justificar el salario de su piloto una vez más.

El SC se mantuvo hasta la 62 y quedaban ocho vueltas para la bandera a cuadros. Era momento de activar el modo rearrancar para ganar y ese lo domina Verstappen.

Max se encaminó con prestancia a la meta, mientras que Piastri fue presa de los dos Mercedes, que parecieron dar un paso adelante en su desarrollo, se dieron tiempo de dar show a la tribuna con un duelo fraterno e incluso con Russell en el podio.

La F1 es un deporte donde arrancan 20 autos y Verstappen siempre encuentra la manera de ganar, incluso cuando su auto no es el mejor.

Por otro lado, una vez iniciada la temporada europea, que se interrumpe por la parada en el Circuito Gilles Villeneuve, el piloto de Guadalajara ha entrado en una espiral de problemas, errores y falta de ritmo. Lo mismo pasó en 2023 y de alguna manera ha vivido sequías en 2022 y 2021.

Aquí el único común denominador, es que Checo Pérez siempre se recupera. Mientras debe aguantar el temporal de críticas, más luego de haber extendido su contrato con Red Bull hasta 2026, algo que hoy los analistas europeos estiman como un error del equipo, hasta que Checo recuperé el paso.