Algunos momentos de Ayrton Senna en la pista son automovilismo lo que el ‘Guernica' de Picasso o la 'Mona Lisa' de Da Vinci... obras de arte.
El genio paulista que murió el 1 de mayo de 1994 en la curva Tamburello del circuito Enzo y Dino Ferrari de Bologna en el Gran Premio de San Marino trazaba trayectorias y rebases en la pista que ya son patrimonio de la humanidad racing.
Aquí están, las que a nuestro juicio fueron sus cinco 'piezas maestras'.
5- La primera victoria
Gran Premio de Portugal en 1985
Con su Lotus, luego de dejar Toleman, Ayrton Senna volvería a asombrar al Gran Circo bajo la lluvia pero ahora de una manera prodigiosa. Calificó primero, cuatro décimas mejor que Prost. Luego en la carrera sacó al menos una vuelta de ventaja a casa uno de los 24 autos en parrilla, con excepción de Michele Alboreto, que como segundo lugar llegó un minuto dos segundos y 978 milésimas atrás, casi un giro al circuito de Estoril.
Primer triunfo y la reafirmación que lo hecho en Toleman no había sido suerte.
4- El hito de una calificación divina
Gran Premio de Mónaco en 1988
En un estado que el propio Senna describió como de 'inconsciencia' de 'otra dimensión', el brasileño hizo la que se considera la vuelta de calificación o flying lap más increíble de todos los tiempos.
Tocado por la gracia de manejar conducido casi por una fuerza que no era de este mundo, Ayrton le sacó 1.427 segundos a su coequipero y segundo en la parrilla, Alain Prost, lo cual equivale en parámetros de automovilismo a una eternidad.
Desafortunadamente, en la carrera Senna fue más allá y giraba en la vuelta 67 de 68, 52 segundos adelante de Prost, le obedeció que bajara el ritmo, a ese paso lapearía a todos, pero no hizo caso y tocó un muro y terminó con lo que iba a ser la exhibición de poderío perfecta en la F1.
3- La hazaña de Donington
Gran Premio de Europa en 1993
De nuevo la lluvia como factor para que Senna firmara la más fina representación de su talento, ahora con un McLaren que era inferior pasó en la primera vuelta a Michael Schumacher, Karl Wendlinger, Damon Hill y Alain Prost. Quizás la primera vuelta más grande de cualquier piloto en todos los tiempos, porque su auto no contaba con el control de tracción que hacía casi invencibles a los Williams y Benneton, pero la lluvia emparejó las condiciones y en igualdad Senna era el 'más diferente'.
2- Un portento con ‘medio’ carro
Gran Premio de Brasil en 1991
Tres días después de cumplir 31 años, Senna partió en la posición de privilegio en Interlagos, rodeado de su familia y amigos.
Nunca había ganado un Gran Premio en Brasil y parecía el momento adecuado, sólo tenía que aguantar la punta durante 71 vueltas en el muy dotado McLaren, pero como dice ese refrán: "los fierros fierros son y no tienen palabra de honor".
En la vuelta 46, cuando tenía un gran duelo con Nigel Mansell, en el Williams, la caja de cambios comenzó a quedarse 'chimuela', perdió la tercera velocidad. Conforme avanzaba la carrera se quedó sin cambios, todo atorado en sexta, sólo podía acelerar y frenar.
El esfuerzo físico para mover la palanca lo tenía acalambrado y encima llovía. Mansell abandonó y fue Patrese quien lo presionó, pero nadie sabe cómo, Senna logró ganar y lo gritaba desde el auto.
Su festejo en el podio es una estampa para la historia, no podía ni levantar el trofeo, los brazos inanimado, y el rostro con una mezcla de dolor, felicidad y coraje.
1- El día que Prost ‘paró’ la carrera
Gran Premio de Mónaco en 1984
El principado de Mónaco padecía un diluvio que fue el caldo de cultivo para que el mundo viera la gestación del talento de Senna.
Había arrancado en la posición 13 de la parrilla, nada mal para traer un modestísimo auto Toleman, pero el novato hizo mucho más que eso.
Tras una gran arrancada, Senna escaló posiciones luego de choques, trompos y motores (literalmente) ahogados, pero también por un paso infernal.
Alain Prost, que salió en la pole, recuperó la punta tras el abandono de Mansell, pero sólo para vivir con la angustia de ver como Senna pasaba a Arnoux y Lauda para quedar justo detrás de él desde la vuelta 20 y le redujo más de 30 segundos de ventaja en sólo 10 pasos por la meta.
Ante las condiciones y la presión, Prost hacía ademanes de que se parara la carrera, que era demasiada lluvia y se paró en el giro 32.
Para Senna fue la decepción de no ganar, pero la atención mundial. Para Prost la mitad de los puntos, porque no se completó el 75 por ciento de la carrera y una terrible penitencia, porque al final de la temporada perdió el título por medio punto nada más.