El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso se consagró campeón de la Bundesliga tras una gesta de 18 meses que empezó en medio de la lucha contra el descenso -cuando el entrenador español asumió el cargo- y terminó con un título incuestionable tras una temporada que rozó la perfección. Revive la consagración por Star+ (solo para Sudamérica).
Cuando Xabi Alonso, que había empezado su carrera en los bancos de la cantera de Real Madrid y en el primer filial de Real Sociedad, llegó a Leverkusen -el 5 de octubre de 2022- para relevar a Gerardo Seoane el equipo de las aspirinas ocupaba el penúltimo lugar de la Bundesliga.
En el debut del entrenador guipuzcoano, Leverkusen goleó a Schalke por 4-0 en lo que sería el comienzo de un camino que al final de la primera temporada llevaría al sexto lugar y la clasificación a la UEFA Europa League y, en la segunda, al primer título de la Bundesliga de la historia del club.
Las cifras de Leverkusen desde la llegada de Xabi Alonso son apabullantes. 124 puntos en 55 partidos y 43 partidos sin conocer la derrota.
Pero más allá de esas cifras está la manera como se han logrado. "Nunca -dijo el exinternacional Lothar Matthäus en un comentario para la cadena RTL- había visto tal dominio de un equipo en todas las competiciones en que está".
"Una de las claves es que Xabi tiene consigo a todos sus jugadores. Todos se sienten importantes. Los invitó a subir a un bus y ninguno ha pensado que quiere bajarse por el camino", agregó.
Matthäus recordó que tras la primera ronda, Leverkusen tenía a tres titulares habituales en la Copa de África y que, además, el delantero Victor Boniface que había sido clave hasta ese momento, se lesionó y causó baja durante dos meses.
Sin embargo, el equipo siguió jugando igual. "Xabi no empezó a quejarse de las cesiones y de las lesiones, sabía que podía contar con los otros y sabía que tenía que hacérselo sentir", dijo Mathäus.
Leverkusen sale normalmente en plan de mandar en la cancha, apoderándose de la pelota y poniéndola en la mitad contraria. Algunos partidos se convierten en una especie de asedio contra un rival replegado en situaciones que llevan a algunos equipos a la desesperación.
Ante ello, el Leverkusen normalmente se mantiene fiel a su estilo. Toca y toca buscando espacios como sabiendo que en algún momento el muro contrario tiene que caer. Los goles en los últimos minutos, incluso en el descuento, se convirtieron en una de las señas de identidad del equipo y eso no es casualidad.
En los 18 meses de gestión de Xabi Alonso, muchos jugadores han tenido una explosión de rendimiento. El defensa Johathan Tah, por ejemplo, hizo la mejor temporada de su carrera. Florian Wirtz, uno de los mediapuntas más talentosos de Alemania, parece haber dado un salto en su evolución y el argentino Exequel Palacios, cuando lo respetan las lesiones, es una garantía en el mediocampo.
Los nuevos, que llegaron a comienzo de temporada -Granit Xhaka, Jonas Hoffmann, Boniface, Alejandro Grimaldo y Josip Stasinic (este último cedido por el Bayern)- han hecho aportes importantes y han sido también determinantes.
La revelación para muchos fue Grimaldo, una pesadilla por la izquierda para los rivales que brilló con goles y asistencias. El exlateral de Benfica incluso tuvo la oportunidad de debutar con la selección española absoluta.
El exdelantero de Betis Borja Iglesias, que llegó tras la lesión de Boniface, no tuvo mucho protagonismo, lo que era difícil llegando a un equipo que ya funcionaba como una máquina cercana a la perfección, pero también colaboró en el éxito.
Para muchos, el título de la Bundesliga -añorado durante décadas- es sólo un paso. Por delante queda la final de la Copa de Alemania, en la que puede lograr el doblete, y la UEFA Europa League, en la que Leverkusen está cerca de llegar a semifinales puesto que encara esta semana la vuelta de los cuartos ante West Ham con un 2-0 a su favor.
Falta por ver hasta dónde el Leverkusen puede seguir creciendo. De momento, Xabi Alonso renovó hasta 2026 lo que da un margen de esperanza.