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¿Barcelona está en crisis tras su mala racha en LaLiga?

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Malas sensaciones deja el Barcelona de cara a su cita con Atlético de Madrid (1:35)

El club catalán fue sorprendido, en casa, por el Leganés y se juega el liderato con los Colchoneros en la proxima jornada de LaLiga. (1:35)

Después de un gran arranque en el que Barcelona le sacó una diferencia de nueve puntos al Real Madrid, ahora sobre el cierre del año pasa por un gran bache


El Barcelona está inmerso en una crisis que ya quisieran tener el 99% de los clubes europeos: Líder de la Liga, segundo en la Champions League, impulsado por Lamine Yamal, de 17 años (un genio que ya va camino de convertirse en Balón de Oro y que supera a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo en las mismas etapas de sus respectivas carreras), ganó el Clásico con holgura, y tiene prácticamente asegurados 40 millones de euros por el mero hecho de clasificarse directamente para la fase eliminatoria de la renovada Champions League.

Si a esto le añadimos el hecho, muy ignorado a la hora de valorar a un equipo, de que el conjunto de Hansi Flick ha practicado en los últimos meses uno de los futbol más divertidos y estimulantes del mundo, la inmensa mayoría de los clubes de la Premier League, la Ligue 1, la Bundesliga o la Serie A tendrían derecho a mirarnos con incredulidad y exigirnos: '¡Crisis! ¿Qué crisis?'

Puede que algunos de ustedes levanten una ceja, al estilo Carlo Ancelotti, al verme utilizar una palabra tan dramática y emotiva como 'crisis'. Sin embargo, tiendo a estar en el lado menos histérico del espectro periodístico moderno, así que busqué la definición para ustedes. Merriam-Webster la define como: "un momento o estado de cosas inestable o crucial en el que un cambio decisivo es inminente, especialmente: uno con la clara posibilidad de un resultado altamente indeseable".

Con este contexto, permítanme que les ponga las cosas sobre la mesa.

Sí, el Barça fue totalmente emocionante cuando le metió cuatro goles al Real Madrid, cuatro al Bayern Múnich, cinco al Mallorca y muy entretenido -aunque defectuoso defensivamente- cuando debería haber marcado seis y encajado otros tantos en su victoria a domicilio por 3-2 ante el Borussia Dortmund la semana pasada (por cierto, fue la primera vez que el Dortmund pierde en casa en la Champions League desde 2021).

Pero hay una gran palabra en el vocabulario futbolístico español que es denigratoria y despectiva: 'resultadista'. Se refiere a alguien que juzga a un equipo -su progreso, su valía, su conveniencia- sólo por los resultados, no por cómo está jugando, ni por la coherencia o claridad de sus ideas y decisiones.

Si te acusa de resultadista alguien que habla español, no lo dudes: te está despreciando... insultando incluso. Y si estás en contra del análisis superficial y perezoso de un resultadista, entonces las grietas en la fachada del Barcelona son demasiado fáciles de identificar y están creciendo hacia el nivel crítico que empieza a definir 'crisis'.

La derrota por 1-0 del domingo en casa ante el Leganés fue vergonzosa, desafortunada, evitable... y nefasta.

La lista de consecuencias fue: El Barcelona no aprovechó que el Madrid cedió dos puntos en su visita al Rayo Vallecano (3-3) y no se dio a sí mismo un colchón de tres puntos sobre el Atlético de Madrid antes de que los Colchoneros de Diego Simeone vengan a jugar al Estadio Olímpico de Barcelona este sábado.

Además, fue la segunda derrota consecutiva del Barcelona en casa (tras la sorprendente derrota por 2-1 ante Las Palmas) y su cuarta derrota de la temporada de LaLiga. Para su información: el Madrid sólo perdió una vez de camino a proclamarse campeón el curso pasado.

Otra consecuencia ha sido que cada vez que el Barcelona ha estado por detrás en el marcador desde finales de agosto, ha acabado perdiendo: sin contragolpe, sin el carácter o la energía suficientes para volver a controlar una mala situación. No hay pruebas de que entiendan que cada punto perdido, tanto en noviembre y diciembre como en abril y mayo, puede ser vital para tus opciones de ser campeón.

Y, no lo olvidemos, eso significa que el Barça, al que algunos trataban como campeón electo a principios de noviembre, cuando derrotó al Espanyol para poner una ventaja de nueve puntos sobre el Madrid y de 10 sobre el Atlético, ha sumado ahora sólo cinco puntos de los últimos 18 posibles.

En los dos empates que sirvieron para sumar esos cinco puntos, en Celta y Betis, el Barcelona iba ganando, pero encajó goles en los minutos 84, 86 y 94, respectivamente, y desperdició cuatro puntos al convertir sendas victorias en empates.

Hay algunas cosas que, más allá del dramático vuelco en la cabeza de la lucha por el título, gritan: '¡Crisis!'

En primer lugar, los equipos de LaLiga han descubierto totalmente cómo jugar contra la atrevida línea defensiva de alto riesgo del Barcelona, que fue un punto tan muscular de su identidad a principios de temporada. En segundo lugar, la gran mayoría de los jugadores de Flick parecen versiones fantasmales y pálidas de su mejor versión. Cansados, faltos de agudeza... yendo a través de los movimientos. En tercer lugar, el propio entrenador ha contribuido sin duda al malestar reinante al no rotar al equipo con la frecuencia y la calidad suficientes.

Por último, cuando el equipo vuela y domina en la zona alta del campo, Robert Lewandowski se muestra eficaz en sus remates. Eso oculta el hecho de que, cuando sus compañeros de equipo están en un momento de forma brillante y no le brindan grandes ocasiones de gol, Lewandowski es un pasajero. Lento, terriblemente propenso a no controlar el balón ni pasarlo bien, y un activo de impacto nulo que deja a su equipo con la sensación de ser 10 contra 11. Si a eso le sumamos la puntería que demostró Keystone Cops el domingo ante el Leganés, cabe preguntarse: ¿debería ser titular en los partidos ahora mismo?

Si se quiere un icono de la imagen que está dando el Barcelona en LaLiga en estos momentos, se podría elegir su asistencia más baja de la temporada, los hombros caídos en el descanso, Yamal cojeando en la segunda parte, continuando cuando estaba claramente lesionado, o se podría elegir a Antonio Rüdiger en un acto en Munich riéndose alegre y maliciosamente del resultado final: 'Barcelona 0-1 Leganés'.

No es difícil entender sus sentimientos. Los campeones fueron por detrás en el marcador ante el Rayo, parecieron enjuagarse, empataron, se pusieron por delante, pero finalmente cedieron ante Isi Palazón y perdieron dos puntos en Vallecas. Pero aun así recortaron distancias con el Barcelona.

Todo esto hace que la visita del Atlético de Madrid el sábado parezca absolutamente volcánica. Flick seguirá ausente en la banda por sanción y el hecho de que Yamal esté lesionado, dependiendo de los exámenes médicos, podría determinar ya el resultado días antes del comienzo (el Barcelona ha sido incapaz de ganar un solo partido en LaLiga cuando él no ha sido titular).

De todas las cosas que el excéntrico, idiosincrásico, pero innegablemente poderoso Simeone ha conseguido al frente del Atléti en estos 13 años, derrotar al Barcelona en LaLiga no es una de ellas. De hecho, el Atléti no lo consigue desde hace casi 19 años.

Aunque estemos hablando del equipo que ha goleado al Bayern y al Madrid y que ha jugado a veces con una brillante y arrogante vivacidad en los últimos meses, es un récord que podría cambiar fácilmente este fin de semana y dejar a los Colchoneros en lo más alto de la Liga en el parón navideño, de cara a un tumultuoso 2025 como líderes absolutos de la liga española. No se lo pierda.