El Metropolitano de 1973 que ganó César Luis Menotti con Huracán fue determinante para que el Flaco llegara a la Selección Argentina y en 1978 fuera campeón. Cuatro años más tarde, luego de una floja actuación en el Mundial de España '82, llegó el turno del desembarco en Europa.
El primer paso de Menotti en el Viejo Continente fue en Barcelona. Allí reemplazó al alemán Udo Lattek. Debutó el 12 de marzo de 1983 en un empate 1-1 ante Betis, encuentro que marcó el regreso al Camp Nou de Diego Armando Maradona, ausente por varios meses tras sufrir hepatitis.
No tuvo un buen comienzo de temporada el equipo catalán, y no pudo ganar la Liga. Sí tuvo buenas actuaciones en las copas, donde fue campeón tanto de la Copa del Rey como de la Copa de la Liga. El plus de estos títulos fue que se dieron en finales contra Real Madrid. En 1984 se fue del club: obtuvo solo la Supercopa de España pero no pudo afirmarse en las demás competiciones.
“No fue una decisión fácil irme del Barsa. Estaba con problemas personales, había fallecido mi mamá, y no me encontraba bien. Por otra parte, Diego venía golpeado entre la hepatitis y la lesión, y se terminó decidiendo por el Napoli”, decía el Flaco años más tarde.
En noviembre de 1986 llegó el turno de otro grande: Boca Juniors. Cuando el Flaco asumió, el xeneize marchaba en el puesto 14 de la tabla: después de siete victorias consecutivas llegó a la punta, pero no pudo coronarse con el título, aflojó en el tramo final y quedó en el cuarto lugar.
Su paso por Boca fue breve, y su carrera siguió en Atlético de Madrid, donde en la temporada 1987/1988 logró un meritorio tercer puesto.
En 1988 y 1989 dirigió a River Plate, un club más identificado con el paladar negro que solía tener el entrenador. Con el nuevo DT llegaron figuras de otros equipos y también se promovieron jugadores del club.
El plantel lo integraban José Miguel; Jorgue Gordillo, Jorge Borelli, Oscar Ruggeri, Carlos Enrique; Gerardo Reinoso, Enrique Corti, Claudio Borghi; Antonio Alzamendi, Jorge Da Silva y Julio Zamora, entre otros. El amor duró poco: terminó cuarto en el campeonato y renunció.
Entre 1993 y 1994 vivió la segunda etapa en Boca, donde no le fue bien en el torneo local, pero llegó a la final de la Supercopa 94, pero perdió contra Independiente. Después de su segundo paso por Boca llegó justamente al Rojo, club en el que estuvo en tres etapas diferentes. E incluso fue manager.
En su largo recorrido aparecen otros clubes importantes: Newell’s, el gran Huracán de 1973, Peñarol, Sampdoria, Central, y Puebla y Tecos en el fútbol mexicano. Pero Boca y River, los dos más grandes del fútbol argentino, no pudieron resistir la tentación de tenerlo.