Parecía que San Lorenzo no podía. O que no quería arriesgar lo necesario para conseguir una victoria que lo acercara a River Plate en la cima del Torneo de la Liga. Sin embargo, en la última jugada del partido, apostó un pleno: mandó a los dos marcadores centrales al área para el intento final y se llevó los tres puntos ante Platense gracias al agónico gol del colombiano Rafael Pérez para el triunfo 1-0.
El encuentro matutino del domingo se cerraba con un empate sin goles que se adecuaba a lo que había sido el desarrollo: mucho orden y pocas situaciones de gol. El Ciclón, más allá de jugar en su casa, no tuvo una búsqueda incisiva para modificar el resultado. El equipo de Rubén Insúa se ajustó a su libreto, no se descuidó ni desesperó a pesar de que el tiempo transcurría y las acciones de riesgo no aparecían.
Hasta que llegó el pelotazo al área de Jalil Elías, el cabezazo en forma de asistencia de Federico Gattoni y el remate fuerte y bajo de Rafa Pérez para vencer a Ramiro Macagno y desatar la euforia en los hinchas del Ciclón que sueñan con salir campeones.
San Lorenzo conoce sus virtudes y debilidades como pocos. La premisa es no sufrir complicaciones en defensa, estar bien parado en el medio y luego ver qué puede surgir de las gambetas de Nahuel Barrios y las subidas de Malcom Braida. En la mañana del Nuevo Gasómetro, las buenas intenciones del 'Perrito' se fueron diluyendo con el correr de los minutos y su influencia en el juego se apagaba antes de pisar el área del Calamar.
De un primer tiempo sin ocasiones claras para ninguno de los dos equipos, a una segunda parte en la que el local generó algo de peligro hubo un cambio fundamental: el ingreso de Iván Leguizamón, quien se asoció con Barrios y Braida por la izquierda para revolucionar el ataque. Así, los de Insúa despertaron emociones con un par de habilitaciones a Andrés Vombergar, que no tuvo precisión en los cabezazos, y un desborde de Leguizamón que no llegó a conectar Gonzalo Luján.
Las escasas situaciones de San Lorenzo no lo ponían en la condición de merecedor de la victoria, aunque tampoco se justificaba un triunfo de los de Martín Palermo, que tuvieron en un remate desviado de Nicolás Castro la chance más clara.
A pesar de que da batalla en todos los frentes, está claro que San Lorenzo tiene un plantel acotado y al que le cuesta ejercer supremacía sobre sus rivales.
En definitiva, cuando el Ciclón veía que se acercaba el final y le dejaba a River un escenario propicio para estirar su ventaja en lo más alto del torneo, la aparición del deseo en la última acción del encuentro y la voluntad de seguir peleando le dieron un triunfo que lo mantiene a la expectativa.