Racing y San Lorenzo empataron 1-1 este miércoles en el Cilindro de Avellaneda, en un partido muy intenso y divertido que no estuvo exento de polémicas.
La Academia y el Ciclón salieron a jugar el encuentro con sus esquemas habituales: el equipo local cuidando la posesión de la pelota y buscando el ataque de manera más franca, los visitantes haciéndose fuertes en defensa y muy atentos a las posibilidades de lanzar un contraataque.
Desde el comienzo, Gabriel Hauche se mostró muy activo en el sector izquierdo del ataque de Racing. Sería un protagonista fundamental del cotejo: a los 20 minutos abrió el marcador tras una buena jugada colectiva y, a los 39, se fue expulsado por una plancha sobre Gastón Hernández.
La suerte fue y vino para el Diablo: en el gol, aprovechó una asistencia involuntaria de su compañero Maximiliano Romero, que se llevó puesta la pelota en el área. En la roja, no tuvo mala intención pero, en una jugada muy rápida, terminó golpeando feo al rival.
El equipo de Fernando Gago asimiló el golpe de quedarse con uno menos y cerró el primer tiempo con cierta tranquilidad.
Sin embargo, en el comienzo de la segunda mitad se vio a un San Lorenzo más dinámico, buscando sobre todo por el lado izquierdo de su ataque.
Dos centros desde ese sector terminarían en peligrosos cabezazos dentro del área de La Academia. No fueron gol pero le demostraron a los de Insúa que el camino elegido para buscar la igualdad era el correcto.
Pasaron largos minutos sin encontrar premio, pero San Lorenzo siguió intentando por la izquierda. La paciencia rindió frutos, ya que desde ese lado llegaría la igualdad: a los 36 Agustín Martegani se desprendió bien y tiró un buscapié que encontró a Adam Bareiro solo en el medio del área chica local. Gol y empate.
Quedaba poco y San Lorenzo terminó mejor el partido. Incluso lo pudo ganar con un cabezazo franco de la Roca Sánchez, que solo ante el arco la tiró afuera.
El encuentro terminó con polémica, porque en la última jugada del partido, a los 49 minutos, hubo un agarrón a Paolo Guerrero en el área.
El defensor ni miró la pelota, buscó impedir que el peruano se moviera. El VAR brilló por su ausencia.