Diego Amando Maradona nació hace 61 años en Buenos Aires para cambiar la historia del fútbol y también para convertirse en el símbolo máximo de su pueblo.
En su vida vivió mil vidas y su historia es inarbacable. Pero dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que quizás una treintena de fotos sirva para al menos intentar recorrer su trayectoria.
LOS COMIENZOS CON CEBOLLITAS
Los inicios del amor incondicional entre Diego y la pelota se remontan a los comienzos de los años setenta, cuando Maradona fue a probarse con su amigo Goyo Carrizo a las Inferiores de Argentinos Juniors. Francis Cornejo, su primer entrenador, quedó maravillado con la habilidad del 10. Y a su alrededor se armó el famoso equipo conocido como los Cebollitas que, en sus comienzos, dio los primeros pasos en los Torneos Evita de la época. Poco a poco esa categoría, la 60, iba a deslumbrar por su juego y sus títulos, con Pelusa como gran protagonista.
EL DEBUT EN ARGENTINOS
El 20 de octubre de 1976 llegaba el momento del debut: Diego Armando Maradona salía a la cancha ante Talleres de Córdoba por el Nacional de ese año. El pibe que hacía malabares en los entretiempos y que la gente del Bicho pedía a los gritos debutó a los 15 años entrando por Rubén Giacobetti. El entrenador Juan Carlos Montes le dijo antes del debut: “Entrá y jugá tranquilo. Y en la primera pelota que tocás, metés un caño”. Dice la leyenda que en la primera pelota que tocó le hizo un caño fenomenal a Juan Domingo Cabrera.
LOS CUATRO GOLES A GATTI
El 9 de noviembre de 1980 fue un día especial para Maradona. El Bicho jugaba contra Boca por la fecha 12 del Campeonato Nacional. En la previa, Hugo Orlando Gatti había declarado que Maradona era un buen jugador, pero con “tendencia a engordar”. Sí, le dijo “gordito”. El cuerpo técnico del Bicho se ocupó de que esas palabras llegaran a oídos de Diego, quien más motivado que nunca, afirmó: “¿Ah, sí? Le voy a meter cuatro goles”. Y cumplió: el estadio de Vélez vivió una goleada inolvidable de Argentinos por 5 a 3, con un gol de penal, dos de tiro libre y otro de jugada de Pelusa. La hinchada de Boca lo aplaudió como si hubiera convertido para el Xeneize.
LA TRISTEZA DEL MUNDIAL 78
El gran presente en Argentinos y la posibilidad de jugar un Mundial en la Argentina daban margen para la ilusión de que Diego jugara su primera Copa del Mundo. Pero el 10 se iba a quedar afuera, junto con Bravo y Bottaniz, de la lista de los 22 convocados. Pelusa tenía en ese momento 17 años y era muy joven, pero ya mostraba en Argentinos que era un jugador diferente, único. César Luis Menotti optó por más experiencia y Maradona vivió una de sus grandes tristezas deportivas. El 10 tuvo que esperar un año, hasta el Mundial juvenil de Japón, para sacarse esa espina.
LA REVANCHA EN JAPON
El Mundial juvenil de Japón 1979 le dio revancha a Maradona, que de la mano de Menotti en el banco, y un gran equipo donde entre otros, estaba Ramón Díaz, iba a ganar el primer Mundial sub 20 para la Argentina. Maradona anotó seis goles, fue la figura del equipo (obtuvo el Balón de Oro) y confirmó todo lo bueno que venía mostrando en el Bicho. El equipo terminó ganando todos los partidos, con 20 goles a favor y sólo dos en contra.
EL PASE A BOCA
El 22 de febrero de 1981, Diego Armando Maradona debutaba de manera oficial con la camiseta de Boca. Atrás había quedado una larga novela que hasta el último segundo había puesto en duda la llega de Pelusa al Xeneize. El estreno fue en La Bombonera y ante Talleres, el mismo equipo con el que había debutado jugando para Argentinos. Boca ganó 4 a 1, Maradona hizo dos goles de penal, y así comenzó el amor interminable que hasta el último día lo unió con la hinchada Xeneize.
UN RECORDADO GOL A RIVER
#HistoriaXeneize El 10 de abril de 1981 #Boca goleó a River 3-0 con goles de Miguel Brindisi (2) y Diego Maradona. pic.twitter.com/nfkXoqqPpB
— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) April 10, 2015
El 10 de abril de 1981 marcó un momento inolvidable en la carrera del 10. Boca se medía con River en La Bombonera en el primer superclásico con Maradona en la cancha. Fue una noche mágica, con una goleada por 3 a 0, dos goles de Brindisi y un Maradona que estaba imparable. Sobre los 22 minutos del complemento marcó el tercer tanto, en una jugada extraordinaria donde dejó por el piso a Fillol y a Tarantini para una definición que quedó en la historia.
EL TITULO CON BOCA
El campeonato Metropolitano de 1981 fue el primer y el único título de Maradona en la Argentina. Con Silvio Marzolini en el banco como DT y Brindisi como su gran socio, Maradona se dio el gusto de festejar con el club del que era hincha un título muy sufrido, que se definió en la última fecha debido a un adversario que lo siguió hasta el final, como el Ferro de Griguol. En la última jornada Boca empató 1 a 1 con Racing con un gol de Diego de penal para celebrar a lo grande.
LA LLEGADA A BARCELONA
El 4 de junio de 1982 se hacía oficial la llegada de Maradona a Barcelona por una suma record cercana a los ocho millones de dólares. Fueron años difíciles para el 10, que sufrió una fractura de tobillo y contrajo hepatitis. Sin embargo dejó su sello con dos títulos (Copa del Rey y Copa de la Liga) y algunas actuaciones y goles memorables. Con los catalanes jugó 58 partidos y anotó 38 goles.
EL PRIMER MUNDIAL: ESPAÑA 82
Después de la frustración por no poder participar del Mundial de 1978, llegó el turno de dar el presente en España 82. No fue el Mundial esperado: la Argentina no pudo repetir la actuación del 78, y quedó eliminada en la segunda ronda tras perder 3 a 1 con Brasil, partido en el que Diego, lleno de impotencia, pegó un planchazo que fue bien sancionado con la expulsión del argentino.
FRACTURA Y DOLOR EN BARCELONA
El paso por Barcelona dejó un gran sinsabor para Maradona y para el fútbol: la fractura de tobillo que le generó una entrada violenta de Andoni Goikoetxea, del Athletic Bilbao, lo marginó varios meses de las canchas. Fue en septiembre de 1983 por un partido de Liga que los catalanes ganaron por 4 a 0. Pero la victoria, en ese caso, fue lo de menos.
LA LLEGADA A NAPOLI
Tras la salida de Barcelona, Nápoli fue su siguiente escala. A mediados de 1984, Maradona era recibido por una multitud en el San Paolo. En poco tiempo sería ídolo absoluto y dejaría los mejores recuerdos de la historia del club, donde se convirtió en Dios. “Buenas tardes, napolitanos, estoy muy feliz de encontrarme con ustedes”, fueron sus primeras palabras. Luego, hizo jueguito con una pelota, firmó autógrafos y comenzó un amor interminable que cambió a Nápoles para siempre.
DOS GOLES PARA LA HISTORIA
El Mundial de 1986 lo tendría en su máxima expresión. Allí demostró que era el mejor del mundo con una actuación sobresaliente de principio a fin, pero sobre todo, con dos goles ante Inglaterra en cuartos de final que hicieron historia. El primero, con la mano, la famosa “Mano de Dios”. El segundo, el mejor gol de la historia de los Mundiales, dejando a cinco ingleses en el camino, eludiendo hasta al arquero, y convirtiendo el 2 a 0 parcial para Argentina. En ese momento ya se había convertido en D10S.
LA PRIMERA COPA DEL MUNDO
Con un equipo en el que pocos confiaban, conducido por Carlos Salvador Bilardo, la Argentina lograba en México su segunda Copa del Mundo. Maradona formaba parte de un gran equipo, sin dudas, pero fue el factor determinante para la conquista. En la final no convirtió goles, pero le dio una fantástica asistencia a Jorge Burruchaga para que marcara el 3 a 2 final ante Alemania. El sueño del pibe se hacía realidad: estaba en la cima del mundo.
NAPOLI Y EL PRIMER SCUDETTO
La llegada de Maradona a Nápoli había cambiado a la ciudad, sin dudas, y de a poco el equipo se animaba a competir contra los mejores. Luego de ganar la Copa del Mundo, Maradona ratificó su gran momento con el primer Scudetto en la historia de Nápoli. Fue un 10 de mayo de 1987, tras empatar 1 a 1 con Fiorentina. Maradona seguía haciendo historia en Italia.
EL SUBCAMPEONATO DE ITALIA 90
El Mundial de Italia 90 estuvo lleno de obstáculos: distintas lesiones mostraron a un Diego disminuido desde lo físico pero con la entereza de siempre. Pese a todo, de la mano del 10, la Argentina dejó en el camino a Brasil en octavos de final, eliminó al local y favorito Italia, en semifinales, y perdió la final con un penal dudoso ante Alemania. La épica del 10 y del equipo le dio al sub campeonato un sabor especial.
LA ULTIMA ALEGRIA CON NAPOLI
El 29 de abril de 1990, Nápoli le ganaba 1 a 0 a Lazio y conquistaba el segundo Scudetto de su historia, ni más ni menos que de la mano de Maradona. En Nápoli jugó 259 partidos y anotó 115 goles, conquistó dos Scudettos, una Copa Italia, una Supercopa y la Copa de la UEFA. En 1991, tras una suspensión por doping, dejó el club donde marcó un antes y un después en su historia.
LA LLEGADA A SEVILLA
Tras la suspensión por doping y de la mano de Carlos Salvador Bilardo nuevamente, Maradona llegó a Sevilla, en una nueva incursión en el fútbol español. En total jugó 29 partidos y marcó seis goles, aunque su nivel estuvo lejos de lo que venía haciendo en el Nápoli. Esa temporada el equipo terminó séptimo en la Liga, y después de una relación complicada con Bilardo y la dirigencia, decidió volver a la Argentina. Newell’s lo esperaba.
OTRA VEZ EN LA ARGENTINA
Se hablaba del regreso a Argentinos, de negociaciones avanzadas con San Lorenzo, pero finalmente Newell’s Old Boys, de Rosario, se dio el lujo de tenerlo en sus filas. Debutó un 10 de octubre de 1993, partido que su equipo perdió 3 a 1 con Independiente. El último encuentro fue un amistoso ante Vasco da Gama, en enero. Su estadía en Rosario fue corta: jugó apenas cinco partidos oficiales y no marcó goles.
EL MUNDIAL DONDE LE CORTARON LAS PIERNAS
En Estados Unidos 1994, Maradona jugó su cuarto Mundial. Con un gran equipo dirigido por el Coco Basile, la Argentina era candidata y arrancó ganando los dos primeros partidos. Ante Grecia, en el debut, Diego marcó un golazo, el último que convertiría en una Copa del Mundo. Pero tras la victoria ante Nigeria volvió a dar positivo un control antidoping y nuevamente fue suspendido. En ese momento de dolor patentó una de sus célebres frases: “Me cortaron las piernas”.
MANDIYU Y SU DEBUT COMO DT
Luego de la suspensión por doping en el Mundial de Estados Unidos 1994, Maradona se decidió a probar suerte como DT, formando dupla técnica con Carlos Fren. Así, llegó el momento esperado, dirigiendo a Deportivo Mandiyú de Corrientes. En el club correntino estuvo apenas dos meses, con una pobre cosecha de puntos: de 12 partidos ganó uno, empató cinco y perdió seis.
RACING, OTRA EXPERIENCIA EN EL BANCO
La experiencia de Mandiyú había quedado atrás, hasta que el 6 de enero de 1995 volvió a sentarse en el banco de suplentes junto con Carlos Fren. En este caso, fue para dirigir a un grande: Racing Club de Avellaneda. Pero en la Academia tampoco tuvo un paso para el recuerdo. Y luego de una experiencia de cuatro meses, donde logró dos victorias, seis empates y tres derrotas, dejó su cargo.
EL REGRESO A BOCA
En 1995 se produjo finalmente su regreso a Boca, donde no pudo volver a ganar como lo había hecho en el Metropolitano de 1981. La presentación se dio en un amistoso ante Corea del Sur disputado en Seúl, donde Boca ganó 2 a 1. En el club Xeneize estuvo dos años, primero dirigido por Silvio Marzolini, luego por Carlos Salvador Bilardo y por último por Héctor Bambino Veira. Formó equipo, entre otros, con su gran amigo Claudio Paul Caniggia.
EL ULTIMO BAILE
La despedida se dio nada menos que ante River, en la victoria de Boca por 2 a 1 en el Monumental. Diego fue reemplazado en el entretiempo por un tal Juan Román Riquelme. El partido se jugó el 25 de octubre de 1997. Los rumores estaban a la orden del día: sospechas constantes de doping y los problemas físicos fueron determinantes para que pocos días antes de cumplir los 37 años, Maradona anunciara su retiro definitivo de los campos de juego. Nacía la leyenda.
UN PASO FUGAZ COMO MANAGER
Ya lejos del fútbol profesional, en 2001, Maradona se animó a probar suerte como manager. El club elegido fue Almagro, un histórico del ascenso que en ese momento estaba en Primera División pero muy comprometido con el descenso. Brown y Enrique, dos compinches de Diego, asumieron como entrenadores, pero Maradona, que en ese momento estaba en Cuba, tuvo un paso muy fugaz en una experiencia que apenas dejó un par de imágenes del 10 con la camiseta Tricolor.
LA DESPEDIDA EN LA BOMBONERA
El 10 de noviembre de 2001, Maradona se despedía de manera oficial del fútbol con un homenaje histórico en La Bombonera. El partido despedida fue entre la Selección argentina y Resto del Mundo. Participaron figuras como Mattahaeus, Francescoli, Valderrama, Stoichkov y Cantoná. El Rey Pelé estuvo en un palco. En su discurso final Maradona patentó otra de sus célebres frases: “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.
ENTRENADOR DE LA SELECCIÓN
En octubre de 2008, tras el adiós de Alfio Basile como entrenador, asumió como técnico de la Selección nada menos que Diego Armando Maradona, cumpliendo un sueño que llevaba muchos años. En ese ciclo, con mucho sufrimiento para llegar a Sudáfrica 2010, el equipo fue de menor a mayor. Luego de vencer a Uruguay y asegurar el pasaje, en la Copa del Mundo el equipo llegó hasta los cuartos de final, donde perdió 4 a 0 ante Alemania. El 10 se dio el gusto de dirigir a Messi, Tevez y Agüero, entre otros.
SU PASO POR EMIRATOS
Tras su paso por la Selección argentina, y luego de estudiar varias ofertas de algunos clubes de Europa, Maradona partió en 2011 rumbo a los Emiratos Arabes Unidos donde asumió como DT de Al Wasl de Dubai. La experienciua duró hasta mediados de 2012, cuando se fue por malos resultados. En 2017 dirigió a Al Fujairah de la Segunda División de los Emiratos, donde estuvo cerca del ascenso.
UNA BUENA EXPERIENCIA EN DORADOS
A finales de 2018 llegó a México para ser el entrenador de Dorados de Sinaloa, club que militaba en la Segunda División. Con Dorados hizo una muy buena campaña, sumando 18 triunfos, 10 empates y siete derrotas, y llegó a jugar finales por el ascenso que el equipo terminó perdiendo. Estaba todo dado para su continuidad, pero el 10 prefirió dejar la dirección técnica para volver a la Argentina y operarse de los problemas de rodilla que venía sufriendo.
GIMNASIA, EL ULTIMO CLUB
La vida le dio revancha a Maradona para volver a dirigir en la Argentina. Y lo hizo como entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata. El 5 de septiembre de 2019 fue anunciado como DT del Lobo, cuya hinchada le brindó un enorme recibimiento en el Bosque. Como solía ocurrir con su presencia, el club platense sumó nuevos socios y jugó siempre a cancha llena. La misión de Diego era salvar al equipo del descenso, algo que de alguna manera logró: luego llegó la pandemia, el parate del fútbol y la suspensión de los descensos.
EL ULTIMO PARTIDO EN LA BOMBONERA
Por esas cosas del destino, el último partido que Maradona vivió con público fue en su querida Bombonera. Y en una final para Boca, que necesitaba ganarle al Gimnasia de Diego para salir campeón. Maradona fue recibido a pura emoción, como un verdadero ídolo, agasajado por el club y por la gente con un emotivo homenaje que bajó desde las tribunas. El 10 dio una vuelta por toda la cancha y cantó y bailó al ritmo de la hinchada. Boca ganó 1 a 0 y salió campeón. Hubo fiesta completa en La Bombonera. Nadie imaginaba que ya no volvería a pisar una cancha con público.