Luego de ser cesado como entrenador de Athletico Paranaense, Martín Varini analizó los posibles motivos de su salida del club, comentó cómo vivió esta etapa en el Furacao y habló de las diferencias entre el torneo brasileño y el uruguayo.
En entrevista con el programa “100% Deporte” (Radio Sport 890), Varini dijo que su salida del club lo tomó por sorpresa, tanto a él como al entorno del club porque “se venía trabajando muy bien”. “Los resultados a nivel general eran muy buenos, estábamos en un 55% de los puntos, algo muy difícil de lograr en Brasil en tan poco tiempo. Llegamos a un desafío que sabíamos que era difícil con tres competiciones al mismo tiempo, y en ese contexto uno sabe que en una termina sufriendo en los resultados. Para el Brasileirao, que era en la que estábamos un poco más lejos, faltaban 15 fechas, teníamos dos partidos por debajo y estábamos en un pelotón de 6 o 7 equipos de mitad de tabla para abajo. Ahí tampoco parecía demasiado el riesgo, pero Brasil es un poco así, ya lo conozco, estuve un año y medio en Cruzeiro además de esta experiencia”, expresó el DT.
Varini añadió que no pretendía demasiadas explicaciones para su salida ni que hubiera demasiada lógica detrás de la decisión, sino que intentó aprovechar la experiencia de estar a cargo de un equipo brasileño. “Es una sensación de tranquilidad, sí de asombro”, mencionó. También comentó que la estructura del Paranaense es algo particular, con un presidente que toma las decisiones pero que no está presente en el día a día, sino que hay tres o cuatro personas en la estructura deportiva, quienes le manifestaban a Varini su conformidad con lo que venía realizando. “Yo no pedí explicaciones, tampoco me las dieron. Estoy tranquilo y nadie mejor que yo sabe el trabajo que hicimos con el cuerpo técnico. Desde ese lugar no me enfoco en las explicaciones sino en la satisfacción de haber aprovechado la oportunidad, en haber dejado un buen nombre en Brasil y en mirar para adelante”, indicó.
Varini había firmado en julio por el club, y alcanzó a dirigir 19 partidos. Contó que desde antes de llegar analizó al Paranaense, y vio que “en los últimos 10 años el promedio de duración de sus entrenadores era de tres a cinco meses”. “Sabía dónde me metía, sabía el desafío que teníamos por delante y estoy tranquilo. Mi desafío no era tanto durar acá sino hacer bien un trabajo que iba a ser difícil, aprovechar el tiempo y subir de nivel como cuerpo técnico. Cuando dirigís a jugadores que ganaron todo y lográs su respeto quiere decir que como cuerpo técnico estás preparado para dirigir a otro nivel. En ese sentido dimos un paso adelante, los resultados nos respaldaron. Avanzamos dos fases en Copa de Brasil y salimos por penales contra Vasco. En la Sudamericana veníamos para jugar el repechaje y eliminamos a Cerro Porteño y Belgrano, y veníamos con ventaja contra Racing. Por todos lados la experiencia es positiva, hubiésemos querido que durara más, pero no depende de nosotros”, expresó.
En el Furacao, Varini tuvo a dos jugadores uruguayos en el plantel: Agustín Canobbio y Gonzalo Mastriani. Sobre el extremo, dijo que había generado “un vínculo muy lindo”, y que entendía que era “un jugador al que el fútbol brasileño le queda chico”. “Tiene nivel para Europa, trabajé allá y sé el nivel que hay. Tengo la certeza de que en poco tiempo va a estar jugando en otro nivel. Como profesional es excelente, se entrega y se entrena al 100%. Es flor de jugador, tiene capacidad de sacrificio europea, ha mejorado mucho la finalización”, comentó. Por su parte, respecto al centroatacante dijo que lo usaron mucho en esta etapa en el club, ya que era el 9 de su preferencia. “Está en otra etapa de carrera, ha tenido su recorrido por Ecuador. En el área es letal, tiene mucho gol. El vínculo con ellos fue espectacular”, mencionó.
El entrenador también fue consultado por su visión por la llave entre Flamengo y Peñarol, y dijo que le sorprendió por el lado de que “la diferencia de nivel entre las ligas es abismal”. “Justo Peñarol lo agarró a Flamengo en el momento ideal porque venía de muchas lesiones. Acá se juega mucho y las oscilaciones de los equipos son lo más natural. Cuando agarrás a un equipo que viene oscilando de forma negativa es un momento de oportunidad. Flamengo venía con problemas internos a partir de las lesiones, y con un DT como Tite, increíblemente, siendo cuestionado. Lo agarró justo en ese momento de una energía negativa, en que las cosas no le salen. Vi el partido y Peñarol hizo el gol de inicio, eso se volvió un calvario para Flamengo y se le hizo muy cuesta arriba. Se le abrió una ventana de oportunidad a Peñarol, que lo viene haciendo muy bien con Diego Aguirre. Como uruguayo uno se pone contento y quiere que siempre a los uruguayos les vaya bien”, expresó.
Un mundo entre Brasil y Uruguay
Varini se refirió a dónde vio las diferencias más importantes en el juego entre su pasaje por Defensor Sporting y este último en Paranaense, y mencionó a la calidad de los jugadores. “La calidad de los rivales hace que los descuidos que podés tener en Uruguay, si te pasan acá te matan, no les podés dejar ningún tipo de chance”, contó. Además, apuntó a otra dificultad de Brasil que es el poco tiempo para trabajar entre semana, debido a lo apretado de los calendarios. “En dos meses y medio solo en el período de receso por la Fecha FIFA tuvimos cinco días para trabajar. Los entrenadores necesitamos tiempo para llevar los trabajos a la cancha”, explicó. En ese sentido, dijo que tuvo que hacer mucho énfasis en el videoanálisis, y casi ninguno en la parte física. “Igualmente, el mayor desafío fue la gestión grupal, que es donde quedé más contento y siento que es donde más crecí. Tenés que tener a 20 o 25 tipos contentos y motivados. En ese sentido lo hicimos muy bien, el vínculo con el grupo fue excelente y los jugadores pudieron llevar adelante la idea”, señaló.
Respecto a su futuro, Varini dijo que su esposa está esperando un bebé para final de año, por lo que espera tener un tiempo para descansar y estar en familia, aunque no descarta que llegue alguna propuesta de trabajo que lo seduzca.