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Wembley, 1992: Se cumplen 30 años del primer título europeo del Barcelona, el éxtasis del Dream Team

BARCELONA -- El Barcelona cerrará este domingo una temporada sin títulos y planeando un futuro mejor... con el recuerdo de los 30 años que se cumplen de su primer gran éxito continental, cuando el 20 de mayo de 1992 conquistó en Wembley la Copa de Europa por primera vez.

El zapatazo de Ronald Koeman, en el minuto 111, ya entrada la segunda parte de la prórroga, doblegó la resistencia de una Sampdoria, entonces grande, a la que ya había vencido el equipo azulgrana tres años antes en la Final de la Recopa (primer trofeo europeo bajo la dirección de John Cruyff) y sentenció la que sería última Final de la vieja Copa de Europa antes de pasar a denominarse Champions League.

Más de 25 mil aficionados azulgranas se desplazaron a Londres acompañando al Dream Team, todavía peleando por ganar una Liga que en ese momento se dibujaba blanca (se lograría en la última jornada gracias al tropiezo merengue en Tenerife) y suspirando por dejar atrás el mal fario en esta competición, que seis años antes había provocado el desastre de Sevilla en 1986, en la que había sido su segunda Final perdida del máximo torneo continental.

El Barça se había clasificado para la Final después de eliminar consecutivamente a Hansa Rostock y Kaiserslautern (gracias a un milagroso gol de Bakero en el último suspiro), y superar en la liguilla entonces definitiva a Sparta Praga, Benfica y Dínamo de Kiev. La Sampdoria entrenada por Vujadin Boskov llegó a la cita tras eliminar a Rosenborg, Honved Budapest y ganar la liguilla a Estrella Roja, Panathinaikos y Anderlecht, en un torneo que nada tiene que ver con el actual puesto que solo participaban entonces los campeones de Liga de cada país.

En Wembley, la leyenda del 'Salid y disfrutad' que pasó a la historia como frase de Cruyff antes de comenzar el partido (algo que muchos protagonistas han desmentido se produjera) dio paso a un encuentro mucho menos brillante de lo que pudiera pensarse. Zubizarreta en una portería y Pagliuca en la otra salvaron hasta tres remates de gol a Vialli, Mancini y Julio Salinas (el titular por sorpresa) y el poste negó la diana a Stoichkov, hasta llegarse a la prórroga y explotar una guerra de nervios.

Ya en la segunda parte una falta forzada por Eusebio en la frontal del área desembocó en el gol histórico. Sin haberse ensayado previamente, Bakero tocó levemente el balón, lo pisó Stoichkov y Koeman lanzó un obus recto, ajustado al palo donde estaba colocada Pagliuca, quien intuyendo una rosca dio un paso al lado y fue incapaz de reaccionar a tiempo para salvar el disparo.

El gol desencadenó la euforia azulgrana y dio paso a un final apoteósico en el que el Barça conquistó la eternidad, por fin, en plena era futbolística del Dream Team, que al cabo de 18 días reeditó su título de Liga en plena borrachera de felicidad gracias a su victoria definitiva sobre el Athletic Bilbao... y la impensable derrota del Real Madrid, que dependiendo de sí mismo perdió en Tenerife por 3-2 después de ir ganando su partido por 0-2.

Treinta años se cumplen este 20 mayo de aquella jornada inolvidable. Cuando el Barça, por fin, inscribió su nombre entre los grandes de Europa, que repetiría en otras cuatro ocasiones (2006, 2009, 2011 y 2015) y que hoy, en plena reconstrucción, suspira por volver a conquistar.