BARCELONA -- El Barcelona, salvo milagro impensable, está a dos semanas de decir adiós de la Champions League en la fase de grupos (por segunda temporada consecutiva) y con ello, al margen del golpe moral que supone deportivamente quedarse fuera de la máxima competición continental, se enfrenta a una pérdida de casi 20 millones de dólares.
El pase a los octavos de final se paga con 9.2 millones de dólares y de 10.2 la clasificación a cuartos. La suma de esas cantidades (19.5 millones de dólares) es la que está pendiente de un hilo. Prácticamente perdida.
El presupuesto presentado por la directiva del club, y aprobado por los socios, establecía para esta temporada que el equipo de Xavi alcanzaría los cuartos de final de la Champions, con lo que contaba con los premios establecidos por la UEFA. Lejos de cumplir el objetivo, está a un paso de ni lograr el pase a los octavos de final que le supondrían 9.2 millones de dólares.
El drama ya comienza en los premios de la fase de grupos que está suponiendo una sangría para el Barça. La UEFA paga un fijo de 15.11 millones de dólares por tomar parte en la liguilla, donde cada victoria supone un ingreso de 2.7 millones de dólares y el empate se paga a 898 mil dólares. Quiere esto decir que disputadas cuatro jornadas del torneo el Barça ha ingresado 3.6 millones de dólares de los 10.8 en juego.
Ni en el caso supuesto de ganar la Europa League, que deberá muy probablemente disputar a partir del mes de febrero, el Barça recuperaría la totalidad de lo que deje de ingresar por quedar fuera de la Champions. Superar las cinco eliminatorias a las que se enfrentaría en el segundo torneo continental da una ganancia total de 10.5 millones de dólares, apenas 290 mil más que jugar los cuartos de final del primero. Proclamarse campeón aumentaría la cantidad hasta los 14.4 millones... Lo que son 5.1 menos.
"Estamos tranquilos con la clasificación para los octavos de Champions. Ganaremos los tres partidos restantes y pasaremos a la siguiente ronda", bromeó la pasada semana el vicepresidente Eduard Romeu, admitiendo la confección de un presupuesto "ambicioso" y dando por hecha la recuperación deportiva y económica de un Barça que convirtió la aventurada sentencia del dirigente en un fiasco monumental.