MADRID-- Fernando Torres volvió a casa para pelear por la Champions League; la razón por la que se había ido hace casi diez años. Poder levantar la ‘orejona’ como rojiblanco era prácticamente imposible en aquellos años.
"El Liverpool me planteó objetivos que aquí no podría conseguir", explicó durante su despedida en julio de 2007, tras fichar por el conjunto inglés.
Lo que hoy parece "normal" en el Atlético de Madrid, asegurarse matemáticamente el puesto de Champions por cuarta campaña consecutiva, no lo era la década pasada, cuando ya participar en la extinta Copa Intertoto figuraba como un gran logro para el cuadro rojiblanco y más allá de un ascenso en 2001-2002, después de pasar dos años en Segunda División, no ganaban un título desde 1996.
"Pasa un poco desapercibido por el buen momento del equipo, pero es una alegría enorme", dijo el domingo Diego Simeone después de que la victoria por 3-0 sobre Granada les asegurara, en el peor escenario, la tercera plaza del campeonato con cinco jornadas por disputarse. Torres se llevó una mención especial de su técnico. Uno de los "pocos jugadores" que lo habían dado todo en el partido.
'El Niño' fue el autor del segundo tanto de la tarde, para llegar a nueve en lo que va de la campaña luego de marcar en cuatro partidos consecutivos, algo que no hacía desde 2010, cuando aún jugaba en el Liverpool. Su despertar ha hecho que la directiva y el staff pongan la posible renovación de Torres en perspectiva.
Hasta enero, el delantero tenía un pie fuera del Atlético de Madrid. La renovación resultaba complicada por muchos factores -- económicos, sobre todo -- y su pobre rendimiento no daba argumentos para hacer un esfuerzo mayúsculo por retenerlo.
Fernando Torres ha asumido el rol de responsabilidad en ataque desde que inció la segunda vuelta del campeonato y su contribución ha resultado vital para que el Atlético se mantenga en la pelea por el título de Liga.
Atlético pasó media temporada sufriendo de cara a portería y resultaba casi un milagro que se mantuviera en los primeros puestos; a pesar de que habían comenzado la campaña con cinco delanteros que auguraban un potencial goleador para rivalizar con el Atlético de Falcao o de Diego Costa, el grupo resultó una decepción.
El gran éxito del Atlético de Madrid corría a cuenta de su eficacia defensiva-- siguen siendo el equipo menos goleado de Europa, con solo 26 goles en contra en todas las competiciones -- y el olfato de Antoine Griezmann, el único de los cinco delanteros que había logrado marcar más de cinco tantos a finales de enero. Durante semanas, sólo se habló de una “sequía” goleadora en el ataque rojiblanco. Hasta el 2 de febrero, entre Vietto, Martínez, Torres y Correa habían aportado la fabulosa cantidad de 13 goles mientras Griezmann sumaba 19.
Torres, que no había jugado desde diciembre, llegó al partido frente al Eibar de la segunda vuelta con solo dos tantos en su cuenta personal y no marcaba desde septiembre. Para entonces, el Atlético ya se había deshecho de un decepcionante Jackson Martínez enviándolo a China, había quedado claro que Vietto no había logrado convencer al 'Cholo' y que Correa solo figuraba como revulsivo para las segundas partes.
Torres, pese a su pobre aporte en los seis primeros meses de la campaña, quedó como la única opción para acompañar a Griezmann en ataque y el 'Cholo' tuvo que confiar en él dándole la titularidad. Y no ha decepcionado desde entonces. Ha marcado seis tantos en los nueve partidos de Liga que ha disputado en 2016 y pese a que su expulsión frente al Barça pudo costarles la clasificación a la semifinal de Champions League, marcó el tanto que mantuvo la eliminatoria abierta y que a la postre les dio el pase por un global de 3-2.
'El Niño' ha despertado y con ello ha metido en un aprieto al Atlético de Madrid. La renovación, había dicho el 'Cholo' "dependería de su rendimiento". El club había retrasado el momento de sentarse a negociar, mientras Simeone sugería que había puesto las cosas claras al delantero. En el entorno del Atlético, mientras tanto, se comenzaba a hablar de posibles fichajes para la próxima temporada. De un posible regreso de Diego Costa-- difícil, desde que Antonio Conte querría conservarlo, según la prensa inglesa -- y la cascada de rumores sobre "futuribles" como Lucas Pérez.
A Fernando le salían "novias" por todos lados. Corrían los rumores sobre el posible interés de varios clubes de ligas de menor exigencia por un jugador que pasados los 30 tenía cerca el retiro. El jugador, libre para negociar desde enero, no ha querido hablar del futuro en público, aunque con cada declaración parecía estarse despidiendo. Lo hizo tras marcar su gol 100 como colchonero, cuando dijo "siempre seré un Atlético más". Mientras la afición presionaba al club para que resolviera la situación del jugador. Su "rendimiento" de los últimos meses parece darle argumentos para sentarse a negociar, pero podría no ser suficiente.
El Atlético, al igual que el Real Madrid, está a la espera de la resolución definitiva de la Comisión de Apelación de la FIFA luego de que el 29 de enero el organismo concediera a ambos clubes la suspensión cautelar al castigo de dos ventanas de mercado sin fichar por irregularidades en la inscripción de menores. Si dicha sanción es ratificada antes de 1 de julio, el Atlético no podrá renovar a Torres aunque quiera ya que el jugador, oficialmente, pertenece al Milan.
Pudo hacerlo hasta el 1 de febrero, cuando cerró el mercado invernal, pero su rendimiento y elevado sueldo, recomendaban prudencia. Irónico que fuera justo al día siguiente, cuando rompió la sequía.
Por lo pronto, Torres disfruta los que podrían ser -- o no-- sus últimos meses como rojiblanco con la fe puesta en un posible doblete, si bien de momento se atiene al ‘cholismo’ del partido a partido.
"Me veo en Bilbao el miércoles", se limitó a responder este lunes en un acto publicitario a pregunta sobre su futuro.