VARSOVIA -- El entrenador del Legia de Varsovia, Jaciek Magiera, reconoció hoy que a su equipo le faltará el apoyo de la hinchada en su partido de mañana frente al Real Madrid, que se disputará a puerta cerrada tras la sanción de la UEFA al club polaco a causa del comportamiento de sus aficionados más radicales.
"La decisión de la UEFA ha sido difícil para nosotros, pero debemos aceptarla", dijo Magiera en rueda prensa, a la vez que reconoció sentir "vergüenza" por el comportamiento protagonizado recientemente por algunos hinchas, "algo que no debería de producirse" y que el club varsoviano va a intentar por todos los medios que no se repita.
"Jugar sin público es como jugar en un estadio sin alma", lamentó Magiera, quien aseguró que sus aficionados suponen el doceavo jugador de su equipo.
A pesar de que el partido se disputará a puerta cerrada, se han instalado unas pantallas gigantes para que el aliento de los aficionados se sienta mañana también sobre el césped.
"Tenemos grandes aficionados que se merecen ser conocidos en toda Europa, y que animan al equipo de manera increíble. Espero que el Real Madrid pueda comprobarlo en los próximos años, cuando volvamos a jugar en nuestro estadio, con sus gradas llenas y con los cánticos de nuestra gente", añadió.