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Real Madrid: La lesión de tobillo le llega en el peor momento al mejor Eden Hazard

Cuando el árbitro anunció el cambio de Eden Hazard por Gareth Bale a los 69 minutos de juego en el Santiago Bernabéu, la afición sintió un regusto amargo por ver marcharse del terreno de juego, sin poder siquiera apoyar el pie en el suelo, a uno de los mejores futbolistas que se vieron sobre el césped en el empate 2-2 ante el PSG.

El mejor Hazard aterrizó finalmente en el equipo madridista tras su periodo de adaptación, tras perder los kilos de más con los que llegó al cuadro blanco este verano, y tras quitarse de un plumazo complejos e inseguridades respecto a los galones que debía portar en el equipo.

Venía anunciándolo durante el último mes y medio, desde que vio puerta ante el Granada el 5 de octubre, pero ha sido en los últimos tres encuentros vestido de blanco --y sobre todo ante el PSG-- que Hazard ha terminado por despegar en el Real Madrid.

Ante el Eibar, antes de marcharse con Bélgica en el parón FIFA, ya dejó indicios de su gran entendimiento con Karim Benzema. Sus peligrosas arrancadas y su facilidad para dejar atrás rivales, ya alertaron a los seguidores merengues de que Hazard estaba cerca de llegar al cien por cien de su rendimiento.

Tras 10 días con su selección, el belga demostró el fin de semana pasado ante la Real Sociedad que lo de Ipurua no había sido un espejismo. Hazard mandó sobre el campo, pidió el balón en la banda, lo protegió y lo distribuyó siempre con criterio. Su explosividad en la arrancada le convierten en un jugador impredecible e imparable para las defensas, y ese rasgo característico que le encumbró en el Chelsea por fin empezaba a asomar en su nueva aventura en Madrid.

Su mejor momento ha llegado con su liberación táctica

Ante la Real Sociedad, precisamente, Hazard consiguió un récord que ostentaba desde enero del 2009 Arjen Robben en el Real Madrid. El belga consiguió llegar a 10 regates ante los Txuri-urdin en 12 intentos, mientras que el holandés consiguió salir victorioso de un decena de regates ante el Villarreal, en la temporada 2008-09, tras intentarlo 15 veces.

Zidane le pidió que jugara sin ataduras tácticas, que fuera él mismo, y el belga le respondió con creces.

En un entrevista concedida a L'Equipe la semana pasada, el propio Hazard comentaba justamente que ahora que se siente mejor y más integrado en el equipo, se atreve más a encarar al defensor y regatear. Es como si hubiera pasado un periodo de prueba, como si se hubiera ganado el derecho de piso, y es ahora cuando puede aportar lo que el verdadero Hazard debe aportar el conjunto blanco. Ahora demuestra básicamente por qué el Real Madrid invirtió más de 100 millones de euros en hacerse con su fichaje el verano pasado.

Su partido ante el PSG, hasta que se tuvo que marchar lesionado, fue apoteósico. Parecía imposible que nadie fuera capaz de quitar el balón al belga cuando encaraba a uno, dos o hasta a tres rivales. Su conexión en banda izquierda con Marcelo y Benzema hizo recordar los mejores tiempos en los que el francés y el brasileño, junto a Cristiano Ronaldo, campaban por Europa haciendo verdaderos estragos en las defensas rivales.

La jugada del primer gol ante el conjunto francés define a la perfección el gran momento de Hazard. El belga recuperó en banda izquierda y se marchó en paralelo al área grande sorteando todos los rivales que le salieron al paso --incluso el árbitro, a quien Eden le tiró un caño para superarle.

Cada zancada que daba sembraba el pánico en la defensa parisina, pues nadie sabía qué conejo iba a sacarse de la chistera: ¿Disparo a puerta? ¿Pase filtrado? ¿Continuar regateando hacia el interior del área? Al final cedió a la banda para que Carvajal y Valverde percutieran y el pase de la muerte acabó en remate de Isco al palo y un remache de killer de Benzema al fondo de la red.

Un verdadero golazo y una gran jugada en equipo, pero el fondo de la cuestión era simple: Eden Hazard hace lo complicado, sencillo.

Tal vez el único apartado en el que Hazard debe enfocarse llegado este punto es su poder de finalización. Por más que está claro que no es un goleador de pura cepa, a los futbolistas de su calidad (y sobre todo de su precio) se les debe exigir cuando menos una media de más de 10 goles por temporada.

Que se haya consumido un tercio de la temporada y Hazard sólo contabilice su gol al Granada es algo que, aunque no llegue a preocupar, sin duda debe ser un tema de conversación con el entrenador.

El temor que se tiene a una lesión grave en el tobillo

Lo que sí preocupa ahora mismo, y mucho, en el seno de la entidad madridista es la lesión de tobillo que sufrió el belga. El golpe de su compatriota Meunier era lo de menos, más allá de que fue bastante fuerte y le costó la amarilla. El problema es que Hazard sufrió una torsión al apoyar el pie de nuevo en campo tras el impacto del lateral del PSG, de tal grado que le obligó a tener que salir del terreno de juego.

Los servicios médicos del club se mostraban preocupados porque el problema pudiera ser un esguince, o incluso una rotura. Cabe recordar que Hazard se rompió ese mismo tobillo, el derecho, en 2017, por lo que tuvo que estar ocho semanas de baja.

El club ha anunciado que le someterá a prueba médicas esta misma noche para intentar diagnosticar el alcance de la lesión. En el mejor de los casos, que se trate de una luxación o una pequeña torcedura, quizás sólo tenga que descansar una semana para volver a estar en plenas condiciones.

Sin embargo, el propio Zinedine Zidane ha comentado que están verdaderamente preocupados por la posible lesión del belga, que de tener que parar dos meses, vería como todo el esfuerzo realizado hasta el momento para llegar a su mejor forma acabaría siendo tirado por la borda.