BARCELONA -- Diego Armando Maradona era hasta hoy el único nombre que unía la historia de Barcelona y Napoli. Alrededor del Camp Nou mucha gente desconocía hace 35 años la existencia de un club capaz, en el sur de Italia, de arrebatarle al Barça a la entonces estrella más destacada del fútbol mundial. En febrero de 2020, por primera vez en la historia, ambos equipos cruzarán sus caminos en Europa, en una eliminatoria que, de entrada, se adivina de color azulgrana.
Maradona ya es historia. Como Ferlaino (el presidente napolitano que consumó aquel traspaso histórico), Núñez y todos aquellos que eran entonces protagonistas dentro y fuera del césped. El Napoli de 2019 es un club distinto al de 1984 pero permanece, a su pesar, un peldaño por debajo de los grandes del Calcio y estrenará sus enfrentamientos con el Barça confiado en dejar atrás una crisis que se llevó por delante a Carlo Ancelotti la misma noche que en San Paolo cerró su pase a los octavos de final de la Champions por primera vez tras quedar apeado en la fase de grupos los dos últimos años y que suspira con plantar cara a un rival que persigue la gloria europea desde su último título en 2015.
Allí donde Maradona fue rey se presentará Leo Messi, el heredero que en Europa superó la grandeza del Diego, dispuesto a hacer buenos los pronósticos que presentan a los de Valverde como favoritos ante un Napoli que, derrumbado en la Serie A a 18 puntos del liderato que comparten Juventus e Inter, no pudo empezar peor la era Gattuso: derrotado en San Paolo (0-1) por el Parma.
CRECIMIENTO
El equipo italiano, con todo, apelará al crecimiento esperado de un plantel que tiene en Fabián Ruiz (futbolista en la mira de Barça y Real Madrid) a su máximo exponente, en Mertens a su mayor peligro ofensivo, al Chucky Lozano en ese jugador que se espera acabe de explotar (tres goles en 18 partidos y aún lejos de demostrar el por qué de su fichaje al PSV)… Y a Manolas, jugador de triste recuerdo para el equipo azulgrana como autor del gol que le eliminó de Europa cuando pertenecía a la Juventus.
Los octavos de final representan un muro insalvable hasta hoy para el Napoli, donde fue eliminado por el Real Madrid en la temporada 2016-17, por el Chelsea en la 2011-12 y, en la vieja Copa de Europa, por el Spartak de Moscú en la 1990-91. Derrumbar ese muro es el sueño napolitano, que probablemente llenará por primera vez las gradas de San Paolo desde la visita del PSG en noviembre de 2018 con la llegada de un Barça al que solo se enfrentó en partidos amistosos (la última vez por duplicado el último verano en Estados Unidos) y con el que le une un nombre tan lejano como legendario: Diego Armando Maradona.