BARCELONA -- Barcelona volvió a firmar una actuación para el olvido en instancias decisivas de la Liga de Campeones. Así se comportaron los futbolistas que tuvieron actividad y ni Lionel Messi se salva.
TER STEGEN. Impotente. Impotente ante la avalancha rival, salvó ya de entrada una ocasión de oro de Mbappé y otros dos remates envenenados en la primera mitad. En la segunda comenzó con otro paradón... Y después ya no pudo más.
DEST. Agobiado. Sufrió ante la movilidad de Mbappé y los apoyos que éste recibía. Le costó subir al ataque y acabó rendido, superado y hundido hasta ser sustituido por Mingueza.
PIQUÉ. Reaparecido. Sorpresa en la alineación, lideró como pudo una defensa muy atolondrada. Veterano de primer nivel, notó la inactividad, no pudiendo liderar la defensa y siendo sustituido por Riqui Puig en pleno derrumbe azulgrana.
LENGLET. Señalado. Mbappé le recortó en el empate y las entradas rápidas de Icardi, el propio Mbappé y hasta Kean le hicieron sufrir mucho. Despistado, no atinó por arriba, vendido en el 1-2 y espectador en el 1-4.
ALBA. Nervioso. Le costó hacerse con el sitio, intentando subir la banda y costándole después recuperar la posición. No marcó su banda, convertida en una autopista
BUSQUETS. Fundido. La separación entre líneas, algo que no quería de ninguna manera Koeman, le obligó en demasía a cubrir mucho terreno, lo que mermó su rendimiento ofensivo y le provocó muchos problemas defensivos hasta ser sustituido por Pjanic.
DE JONG. Insulso. Quiso hacerse con el control del juego de entrada, pero la presión del PSG, el cerrar las líneas de pase y la excesiva separación entre sus compañeros influyeron en el holandés, que solo apareció a trompicones. Fue objeto de un penalti, muy dudoso, de Kurzawa que transformó Messi. Pasó como un fantasma por el partido.
PEDRI. Fogoso. Impetuoso, entregado y tan comprometido en ataque, dando pases magníficos, como en defensa, llegó a salvar un gol de Icardi, no dio la sensación de ser el 'niño' del partido. Le faltó algo de suerte en ataque y acabó, triste, sustituido por Trincao.
GRIEZMANN. Frío. Le faltó rápidez de remate en una asistencia magnífica de Pedri y remató demasiado cruzado en una jugada personal. Quiso hacerse ver, pero se le notó, en ocasiones, desconectado del partido hasta que entró en su lugar Braithwaite después de un remate, involuntario, que casi fue gol en el único error de Keylor Navas.
DEMBÉLÉ. Errático. Veloz, vertical y atrevido, volvió a fallar en la combinación, precipitándose en los pases y apareciendo en ocasiones demasiado ausente. Messi le regaló una asistencia en la primera mitad que falló con un remate demasiado suave a las manos del portero. En la segunda quiso dar más empuje... Y acabó desaparecido.
MESSI. Hundido. Pareció entender rápido que la presión del PSG no le permitiría conducir con comodidad el balón, así que prefirió la combinación rápida durante toda la primera mitad, en la que avanzó al Barça de penalti. Quiso pero no pudo, quedó desconectado del juego y acabó hunido entre la mediocridad colectiva.
MINGUEZA. Entregado. Entró en pleno hundimiento. Mantuvo el tipo como pudo.
TRINCAO. Gaseoso. Intentó dar profundidad. No pudo. Sin más.
RIQUI PUIG. Obligado. Recurso de urgencia, no pudo cambiar nada.
PJANIC. Espectador. Entró en la recta final. Vio como pasaba el balón por su lado. No influyó para nada.
BRAITHWAITE. Desesperado. Jugó los últimos minutos para buscar algo imposible.