Universidad Católica cerró el año con una última alegría gracias a un triunfo como visitante frente a Unión La Calera, resultado que les permitió asegurar un cupo a la próxima edición de la CONMEBOL Sudamericana.
En concreto, la UC culminó séptimo en la tabla con 42 puntos, producto de 11 triunfos, 9 empates y 10 derrotas, con un total de 48 goles a favor y 43 en contra.
Factor decisivo en esas conquistas en arco ajeno fue, una vez más, el nombre de Fernando Zampedri, quien conquistó 17 dianas y se coronó por cuarta ocasión consecutiva como el máximo goleador del Torneo Nacional, un hito que no tenía precedentes en la Primera División del fútbol chileno.
Aquellos puntos altos en la campaña contrastan con lo tambaleante que fue, en un plano general, el año de la Franja. Primero, con un inicio auspicioso bajo el mando del estratega argentino Ariel Holan, pero con un bajón que arrancó tras la eliminación de la Copa Sudamericana a manos de Audax Italiano.
Desde aquel tropiezo, Católica encadenó una racha de 6 partidos sin ganar y comenzó a alejarse de los contendientes al título del campeonato nacional, donde una dura derrota en la jornada 12 en el clásico ante Universidad de Chile hundiría aún más la segunda etapa de Holan en la UC.
Fue así que luego de dos derrotas seguidas, una frente a Everton y la otra contra Curicó Unido, decretarían la partida definitiva del técnico Holan en la fecha 17 del torneo.
Posteriormente y luego de dos semanas, arribaría el técnico Nicolás Núñez, proveniente del club Magallanes y un hombre formado en casa.
Tras su llegada, el presente no cambió en cuanto a resultados positivos, por el contrario, ya que el cuadro precordillerano entró en un nuevo espiral de 6 encuentros sin victorias, incluida la eliminación de Copa Chile frente a Colo Colo.
No obstante, tras esa decepción, Núñez y sus dirigidos comenzaron a mostrar cierta mejoría y, en sus últimos 9 compromisos, se fueron con un balance de 4 triunfos, 3 empates y 2 derrotas, alcanzando el objetivo que ellos mismos catalogaron como “secundario”, según palabras de su volante César Pinares.