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Henzel: "El mejor tratamiento es recordar a los que se fueron"

El brasileño Rafael Henzel, único periodista sobreviviente del accidente aéreo del Chapecoense, aseguró que el "mejor tratamiento" para su recuperación es "recordar a las personas que se fueron" y volver a ejercer su profesión cuanto antes, y ha tranquilizado a los familiares de las víctimas mortales afirmando que en ningún momento hubo "desesperación" antes del choque.

"El mejor tratamiento siempre es recordar a las personas que se fueron, pero siguiendo adelante. Necesitamos no solamente que el equipo crezca, que remonte. Tendremos nuevos jugadores, jugaremos con el Barcelona en mitad del año, disputaremos el torneo contra el campeón japonés -Copa Suruga Bank-, la Copa Libertadores, ahí estaremos. Vamos a trabajar, vamos a continuar", declaró en una entrevista a 'El Partidazo de COPE' desde su cuarto del hospital de Chapecó en el que se encuentra ingresado y del que saldrá "en tres días como máximo".

En este sentido, afirmó que el 9 de enero estará "recuperado para comenzar a trabajar". "No podemos abandonar a los oyentes. La vida sigue. Y después, el día 29, ya empezar las competiciones con el Chapecoense, seguir al equipo, ya sea en nuestro estado, en Santa Catarina, en el resto de Brasil o en las competiciones sudamericanas como nuestra liga. Vamos a Medellín otra vez en julio por la disputa de la Recopa Sudamericana y estaremos allí. Felices, llevando la información a nuestros oyentes", subrayó.

"Necesitamos llevar la información; fue un problema personal lo que causó este accidente, no fue un problema de avión, por eso necesitamos obviamente escoger las mejores compañías, creo que no viajaré más con vuelos privados", manifestó.

El avión, en el que viajaban 77 personas -entre ellas, el equipo de fútbol de Brasil Chapecoense-, se estrelló en un cerro al sur de Medellín, a donde se dirigía para que el club disputara la final de la Copa Sudamericana, dejando 71 muertos y tan solo seis sobrevivientes, tres de ellos jugadores del equipo.

Además, recordó que esta desgracia ha demostrado que el fútbol es más que un deporte. "Que toda esta tragedia que unió Brasil con Colombia, que ha provocado homenajes en todo el mundo pueda demostrar que el fútbol va más allá de las disputas dentro del campo. El fútbol es maravilloso. Y me da pena, no me gusta ver aficiones peleándose. Porque el fútbol es confraternización, hermandad, todos hermanados en pos del éxito de nuestros equipos", explicó.

"IMAGINÉ QUE ESTABA EN UN SUEÑO"

Sobre el accidente, en el que se rompió siete costillas, Henzel aseguró que su último recuerdo es de "pocos minutos antes de la colisión". "Estábamos todos hablando tranquilamente, hasta que en un momento, las luces y los motores se apagaron. Los motores se apagaron por falta de combustible y automáticamente se apagaron todos las luces. No hubo confusión, desesperación, ni nada", relató.

"Miré a la azafata y estaba sentada, con su cinturón de seguridad abrochado. No hubo ningún aviso para que nos preparáramos para estrellarnos, o para la caída del avión. Así que, sin más, se apagaron los luces. Yo creo que fueron uno o dos minutos, como máximo cinco minutos hasta estrellarnos en la montaña", continuó.

El periodista, que iba sentado en la parte trasera del avión en medio de dos compañeros, contó lo que vio nada más despertarse tras el impacto. "Estaba en el asiento de en medio con dos colegas y amigos en los asientos laterales, y ellos infelizmente no sobrevivieron. Entonces recuerdo que me desperté creo que dos horas y media después del accidente cuando conseguí visualizar a los socorristas, y fue entonces cuando pedí socorro. No recuerdo el golpe, recuerdo la aproximación de los socorristas para salvarme", expresó.

"Esperaba que hubiese sobrevivientes, mis dos colegas de al lado estaban muertos. En aquel momento intenté quitar algunas cosas, quitarme el cinturón, librarme de lo que me estaba impidiendo moverme. Estaba con siete costillas rotas, no tenía fuerzas para eso. Después, el tercer día que estaba en el hospital, recibí la información de las vidas que se habían perdido, pero estaba feliz por la recuperación del portero Fohlmann, de Alan Ruschell, de Neto... de esas personas que han sobrevivido, como yo, en esta tragedia de Colombia", prosiguió.

En ese momento, imaginó que todo era "un sueño". "Imaginé que estaba en un sueño, y que en cualquier momento alguien me despertaría. Pero no era un sueño, era pesadilla. Comencé a ver las luces, y llamé a los socorristas para que me observasen. No consiguieron verme porque estaban en la parte más alta. Hasta que en un determinado momento, una de las luces me enfocó a mí, y ahí ya los socorristas que estaban a 100 o 200 metros volvieron porque, después de mí, apenas una persona fue salvada. El central Neto, que ahora mismo está viniendo desde Colombia a Chapecó", confesó.

"NO HUBO DESESPERACIÓN DENTRO DEL AVIÓN"

Henzel agradeció también la fortuna de haber caído en una zona arbolada. "Si no hubieran estado allí los árboles, nos hubiéramos estrellado más adelante, y posiblemente con la velocidad, podría haber sido fatal. Nos quedamos atrapados en medio de los dos árboles, y eso facilitó mi supervivencia. No vi cerca de mi nada del fuselaje principal, porque debió caer más abajo, a unos 300 o 400 metros de donde yo estaba", afirmó.

El comunicador brasileño explicó que el vuelo no tuvo "contratiempos", simplemente que viajaban con "el combustible justo". "Con la selección argentina jugando en Brasil restaban 15 minutos de combustible en el momento del aterrizaje. En este caso tampoco fue problema con el avión, no hubo problema de nada, simplemente faltó combustible en el avión. No se despresurizó la cabina, no cayeron las máscaras de oxígeno, absolutamente nada. Simplemente el vuelo se quedó en un silencio total, sin luz, con los motores apagados y dispuesto para estrellarse", manifestó.

Para tranquilizar a las familias de los fallecidos, Henzel aseguró que no había "desesperación" entre ellos. "Cuento aquí lo que sé, tranquilizo a las familias que pensaron que había una desesperación total dentro del avión, porque no fue verdad. Me tranquiliza. Esto me daba tranquilidad para seguir, para continuar con mi vida. Siempre adelante", confirmó.

Además, dijo que había sentido "confianza" y no miedo en su regreso a Brasil en el avión de las fuerzas aéreas brasileñas. "En ningún momento tuve recelo o miedo de subir en avión de nuevo por saber que el accidente que mató a 71 personas fue por un fallo humano, por negligencia. Por eso estoy tranquilo, sé que pasaré por otras situaciones de vuelos con turbulencias, pero soy consciente de que no voy a tener problemas en subirme de nuevo a un avión", aclaró, y reiteró que "no" tiene "pesadillas" con el accidente.

Por último, Henzel recordó su "ilusionante" reencuentro con su hijo Otavio, de once años. "Fue una gran sorpresa para todos su tranquilidad y su inteligencia, sólo se ha quejado por una cosa: no poder traer su videojuego para jugar conmigo en el hospital. Es la única queja que ha tenido", bromeó. "A pesar de estar con siete costillas rotas nos dimos un abrazo muy fuerte y me tranquilizó y me dijo que ahora todo irá bien. Esto es muy emocionante para un padre de 43 años tener un hijo tan fuerte de apenas 11 años", concluyó.