La reanudación del fútbol chileno, tras un mes de paralización por la crisis social que se vive en el país, se ha convertido en un tremendo dolor de cabeza para la ANFP.
Por eso, este jueves se realizó un Consejo Extraordinario de Presidentes donde el directorio del ente rector del balompié criollo y los 32 clubes del profesionalismo acordaron intentar que se juegue el próximo fin de semana, aunque en Quilín manejan varias alternativas.
Una de ellas es que se juegue solamente en los cuatro estadios privados del país, que son el Monumental, San Carlos de Apoquindo, Santa Laura y el CAP de Talcahuano. Esta medida sería para evitar lo sucedido el martes en el cotejo entre Magallanes y Cobreloa en el Municipal de La Pintana, que se suspendió a poco más de una hora de su inicio porque funcionarios municipales se sumaron al Paro Nacional en esa jornada.
Otra opción es trasladar los partidos del Campeonato Nacional a Argentina, con sedes tentativas como Mendoza y San Juan, debido a su cercanía con el país. Eso sí, esta situación iría contra las normas de la FIFA, pues la Liga española intentó llevar un partido del Barcelona a Estados Unidos, pero fue rechazado porque "los partidos oficiales de liga deben jugarse dentro del territorio respectivo de la federación".
La última opción es la que se suspenda definitivamente el torneo con las 24 fechas disputadas, aunque los clubes no estarían de acuerdo porque el CDF podría terminar el contrato con los elencos y no hacer efectivos los pagos.