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Colombia se ganó el respeto de América e impulsa más respaldo para el fútbol femenino

EFE

Hubo nostalgia. La Copa América se esfumó de las ciudades en 2021 por la crisis social. El tiempo que nunca se guarda nada, devolvió esas ganas de fútbol de Selección con un equipo que nos atrapó.

Lo hizo en grande. A través de un plantel que jugó en Cali, Armenia y Bucaramanga pero que hizo causa común en todo el país. Victoria a victoria generó identificación con su juego atrevido y el compromiso incondicional con los colores.

Honró la localía. Cumplió con los hinchas. Venció a Paraguay, Bolivia, Ecuador, Chile y Argentina. Puntos perfectos para lograr la cosecha histórica de cupos en el próximo Mundial de mayores en 2023 y los Juegos Olímpicos 2024.

La experiencia de Catalina Usme, Daniela Montoya y Liana Salazar señaló los valores de una base que refrendó su prestigio. Las más jóvenes como Linda Caicedo de 17 años o Leicy Santos garantizan que la técnica y el poderío en ataque serán constantes para lo que viene.

La final fue otro premio que jerarquiza a esta Selección. Supo de qué está hecha, se probó en la élite y terminó orgullosa más allá del resultado frente a las mejores del mundo. Un llamado contundente para impulsar al fútbol femenino.

Colombia salió fortalecida de esta Copa en casa. Con más afecto y respetada. Ese es su mayor logro.