Después de un 2024 inolvidable, en el que fue campeón de la CONMEBOL Libertadores y el Brasileirao, Botafogo es un equipo distinto. Décimo en torneo local, con apenas 5 puntos cosechados en cuatro partidos, se prepara para visitar a Estudiantes de La Plata en el estadio UNO, un partido que se verá en vivo por Disney+ (solo para Sudamérica). El equipo de Río de Janeiro transita un proceso de recambio preocupante, porque de 2024 a esta parte cambió todo: se fue el técnico, se fueron las figuras y el plantel es otro.
Botafogo, de la cima en la Libertadores a un nuevo ciclo
La dolorosa derrota ante Pachuca 3-0 en los cuartos de final de la Copa Intercontinental, fue algo así como el golpe de nocaut a la estructura del Botafogo. Porque casi en continuado, se dieron dos bajas trascendentales. La primera, el mediocampista Thiago Almada, cerebro y figura del equipo, hoy regular en la Selección Argentina de Lionel Scaloni, fue transferido al Lyon. Y luego, Arthur Jorge, el entrenador que condujo a la doble consagración, emigró al Al-Rayyan de Qatar tras recibir una oferta multimillonaria.
Y hay más: Luiz Henrique, delantero de 24 años y mejor jugador de América en 2024, que había llegado en febrero con un contrato de cinco años y por una cifra cercana a los 20 millones de euros, se fue el pasado 20 de enero al Zenit de San Petersburgo, equipo con el que firmó por cuatro años con opción a un quinto.
Una lista de salidas inmensa en Botafogo
El éxodo es grande. Más allá de las estrellas, ya son varios los jugadores que dejaron el plantel. Algunos eran titulares. Otros, habituales recambios.
Adryelson regresó primero al Lyon tras finalizar su cesión y ahora está en el Anderlecht de Bélgica. Tchê Tchê juega hoy en Vasco Da Gama, Óscar Romero en Internacional, Carlos Eduardo en Cruzeiro y Roberto Fernández en Cerro Porteño.
Pablo volvió a Flamengo. Hugo, por su parte, fue cedido a Vitória, al igual que Lucas Halter. Diego Hernández fue cedido a Everton. Valentín Adamo pasó a préstamo a Boston River. Tiquinho Soares fichó en Santos, Carlos Alberto en Sport Recife y Luis Segovia en Regatas.
Hoy, el equipo es otro.
¿Por qué todos terminan en Lyon?
La conexión es directa. Botafogo y Lyon pertenecen al mismo grupo inversor, el conglomerado Eagle Football Holdings. La empresa facilita los movimientos entre ambos clubes y por eso no sorprende el patrón: figuras que se destacan en Brasil, dan el salto a Europa por la vía más corta.
En ese contexto, mientras Almada ya está en el fútbol francés, Jeffinho, que también pertenece al grupo pero estaba a préstamo, fue comprado de manera definitiva por el club brasileño. De todos modos, solo hizo un gol en siete partidos en 2024 y aún no rompió las redes en el curso actual.
El nuevo Fogao versión 2025
Con Renato Paiva como entrenador, John renovó su contrato y se sumó Gonzalo Mastriani a préstamo procedente de Paranaense. Se sumaron, también, Jeffinho, Artur, Leo Linck, Rwan Seco, Jair Paula, Nathan Ribeiro, Santiago Rodríguez, Elias Manoel, Wendel y Marçal volvió a fichar como agente libre.
Más allá del Brasileirao y la Libertadores, Botafogo jugará a mitad de año el Mundial de Clubes, donde compartirá cartel con campeones continentales de peso.
Un 2025 con más preguntas que certezas para Botafogo
Después de tocar el cielo con las manos, Botafogo enfrenta un año bisagra. Con un plantel desmantelado y con la exigencia de seguir compitiendo al máximo nivel, la reconstrucción en curso plantea dudas. Nada parece ser lo mismo. Y con la vara alta que quedó de 2024, repetir un éxito semejante será difícil, por no decir casi imposible.