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Trabajo serio

México se coronó en la Copa Oro tras hacer un torneo muy serio y haber sido, en términos generales, mejor que los demás.

Fue su primer partido del torneo, la goleada 7-0 ante Cuba que pareció dejar muy pocas conclusiones por el nivel del adversario, la que marcó el camino a seguir. Y no por los goles; sino por el mensaje del técnico después del juego.

Aquella noche en Pasadena Gerardo Martino destacó, por encima de cualquier cosa, la seriedad de su equipo.

El entrenador argentino escogió una palabra que deberá ser base en su proceso. Y por ahora así ha sido. Desde su congruencia para declarar, su lógica para convocar y su exigencia en el campo.

Martino ha sido franco y mesurado ante el micrófono en cada conferencia de prensa. Fue claro en su mensaje hacia los que no vinieron a la Copa y se animó, en el caso particular de Jesús Corona, ha remarcar que con él la disciplina y el compromiso no se negocian; y logró plasmar en el campo la idea que pretende que tenga su equipo.

En cada cosa el 'Tata' ha tenido respaldo. La FMF le ha dado libertad y apoyo total; y en la cancha, los jugadores parecen cómodos con su idea.

Desde luego que su sistema de juego es perfectible. Lo que él calificó de distracciones en defensa tras el juego ante Martinica, parecen más errores y todavía falta de trabajo que se presentaron en los tres partidos siguientes y que bien pudieron incluso dejar derrotas ante Costa Rica o Estados Unidos.

La atajada en el alargue de Ochoa frente a los ticos; o los dos mano a mano tanto de Pulisic como de Altidore en la final del domingo pudieron dejar a México KO.

Pero eso no pasó y en ambos juegos el Tri acabó por ser un equipo con conceptos más claros y un juego más definido.

El área rival también necesita mejoras. No es ninguna novedad decir que el equipo mexicano debe atacar más y mejor. Pero en lo que va de la era Martino, parece haber encontrado en Rodolfo Pizarro a un futbolista capaz de aportar mucho en esa zona. Más minutos a Carlos Rodríguez o la posible vuelta de Héctor Herrera; junto a la recuperación de Hirving Lozano permiten pensar que se jugará mejor en esa zona.

Afianzado su plan de juego A, como Martino definió, tendrá que buscarle espacio al B o C. Es decir, en lo táctico, la rigidez del equipo complicó algunos pasajes del torneo. Los cuartos de final frente a Costa Rica parecieron necesitar de otro esquema, otra lectura y de más modos para tratar de hacer daño. El tiempo y otro nivel de rivales deberán darle esas opciones.

Por ahora Gerardo Martino ha cumplido con su primer compromiso. Él y sus jugadores han tomado con seriedad el torneo más allá de su nivel y lo han ganado. Y ese deberá ser el mensaje para lo que venga y, sobre todo, para los que puedan venir también.