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Independiente, el equipo que no traicionó sus ideas y volvió a dar la talla a nivel internacional

Independiente del Valle gritó campeón de la Copa Sudamericana nuevamente. Brindó un buen fútbol a los espectadores presentes y derrotó con claridad a Sao Paulo por 2-0 en Córdoba.

En estas últimas horas, los protagonistas hicieron alusión a un pensamiento que maneja todo el grupo: 'Teníamos que ser nosotros mismos'. Una frase que pasó por Anselmi, Faravelli y Pellerano, entre otros. Independiente tenía que ser Independiente. Ese equipo propositivo, valiente con la pelota en los pies y que no sale a ver qué pasa. Esa versión salió al campo de juego cordobés y dejó sin ideas a un Sao Paulo que tuvo pocas situaciones, y las que tuvo fueron tapadas por el arquero Ramírez.

La simpleza de Pellerano para ordenar y tocar rápido, la habilidad de los centrales para encontrar huecos donde pareciera no haberlos y activar a sus compañeros. El sacrificio de Faravelli, la calidad de Angulo. El ida y vuelta constante de Chávez y Fernández. La eficacia de Díaz. El toque mágico de Sornoza. Todo eso y más tuvo Independiente en la tarde del Kempes.

El trabajo en equipo era fundamental, destacaba 'Lolo' en las horas anteriores al juego. Y eso sucedió. Compromiso total en todos los sectores del campo de juego para quitar, anular al rival y atacar cuando la oportunidad estaba dada. Nunca se buscó la individual, cada cual cumplió con su rol.

Tan perfecta fue la actuación de Independiente que llevó a Sao Paulo a caer en la desesperación, en el pelotazo y el centro sin sentido. Aquel equipo que había sido elogiado por su jerarquía y nivel se veía disminuido ante el trabajado once de Anselmi, que llenó todos los casilleros del encuentro perfecto.

E Independiente no se traicionó. No sucumbió ante el ámbito de final y fue el gran protagonista de la tarde cordobesa ante los ojos de cientos de fanáticos que acompañaron al equipo desde las tribunas. Jugó simple y por abajo, incluso hasta en las circunstancias de presión más álgidas. Tocó, generó asociaciones y puso en jaque al mediocampo de Sao Paulo acumulando futbolistas para una recuperación rápida y un golpe mortal.

Anselmi y los futbolistas cumplieron su palabra. Se vio al Independiente más puro, más cristalino que podría haberse visto. La esencia de la escuadra en su totalidad, aquella que fue tan elogiada por propios y extraños en estos años. El aporte del joven y el experimentado, del primero al último: todos fueron Independiente.