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Golpe a la ilusión: ¿qué le pasó a Peñarol ante Paranaense?

¿Qué le pasó a Peñaroll? ¿Cómo explicar la derrota del equipo aurinegro ante Atlético Paranaense por las semifinales de la Copa CONMEBOL Sudamericana? No hay una sola razón, son un cúmulo de situaciones que presenta el juego. En primer lugar, Peñarol recibe un gol cuando los jugadores ni siquiera se habían acomodado en el campo de juego. Al minuto de juego el equipo pretendió salir jugando del fondo, se la dieron mal al lateral Ramos que perdió el balón ante la presión del rival y la acción derivó en el gol de David Terans.

El impacto recibido fue terrible. El equipo quedó mareado como el boxeador que recibe un golpe al mentón. Es que, no solo pasaba por remontar el tanto sino el significado del gol de visitante. Todo eso comenzó a pesar en la cabeza de los jugadores que se mostraban sin rumbo.

Le costó a Peñarol encontrar su vértigo habitual. El gol del Canario Álvarez Martínez lo puso en juego y el equipo tuvo sus mejores momentos hasta el cierre del primer tiempo invadiendo por bandas a un Paranaense desacomodado, que perdió la línea. En el complemento Atlético volvió a imponer el ritmo de juego que más le favorecía. Pinchó la pelota, le bajó revoluciones a su rival, cortó el juego permanentemente, lo que fue generando incomodidad ante un árbitro permisivo.

Los cambios

El técnico aurinegro Mauricio Larriera apeló a cambios. Sacó a Jesús Trindade, que se retiró visiblemente molesto con el entrenador. Tenía amarilla y por ahí explicó el cambio el técnico. En su lugar ingresó el argentino Musto. El movimiento de piezas fue determinante. El equipo perdió el medio y jugó apurado. Perdió la tranquilidad. Peñarol no encontró los caminos al arco rival. Perdido Torres, controlado Giovanni González, solo quedaba la ilusión que generaba Canobbio en sus arremetidas.

Y luego salió Gargano para dar ingreso a Nicolás Gaitán que demostró que aún le falta fútbol. Larriera desarmó el medio y al equipo le quedó una línea central demasiado lenta con Cepellini, Musto y Gaitán sin fútbol.

Peñarol se quedó sin juego, fue más por impulsos y en base a centros que mediante juego colectivo. Larriera dijo que los cambios fueron de orden táctico y sanitario.

Después entró Nahuelpán cuya ineficacia es llamativa. Ya sin Canobbio el equipo quedó a merced de lo que podía hacer el Canario Álvarez. Y no alcanzó.

Peñarol perdió en su casa y ahora tendrá que ir a buscar la clasificación en Brasil en una cancha distinta ya que el rival juega en césped sintético.