El defensor se encuentra sin equipo luego de que decidiera no continuar en Limón Black Star y está abocado en la agencia de viajes que tiene con su esposa
El nombre de Edder Monguio se grabó en la memoria de todos los seguidores del fútbol de Costa Rica por ser uno de esos defensas de autoridad, el cual imprimía mucha fuerza a la hora de jugar, pero que nunca tuvo malas intenciones contra sus rivales.
Si bien apareció en primera división con Santacruceña en la temporada 2006-2007, sus mejores tiempos los tuvo con San Carlos, Santos y Pérez Zeledón, clubes en los que tomó un gran nivel de competencia y donde incluso llegó a disputar por cosas importantes.
Sin embargo, su etapa como futbolista está llegando a una etapa muy cercana al fin y es que el último año estuvo jugando con Limón Black Star en la Liga de Ascenso, pero al decidir no continuar entiende que ya puede que esté muy cerca de anunciar su retiro.
Desde que volvió a Limón hace un año para jugar con este equipo, él y su esposa Jeimy González decidieron establecer un negocio que tenían tiempo de estar ofreciendo, pero de manera móvil ya que dependían de donde estuviera jugando Edder, pero ahora que regresaban a su querido pueblo tenían una inmejorable oportunidad para saltar al agua y volverse personas de negocios con una agencia de viajes.
“Me metí de lleno con la familia y la empresa, entonces el fútbol se fue quedando de última opción, como tiene que ser. No he cerrado el capítulo todavía, pero yo le dije a Dios que si ya lo cerró para mí, muchas gracias, pero sí quiere que regresemos, regresaremos, pero si no está oficial ya está muy cerca”, dijo Edder Monguio a ESPN.
Su carrera dentro del campo de juego fue de casi 20 años, pero durante ese tiempo no descuidó el lado académico y es por ello que sacó una licenciatura, conocimiento que ya desde hace unos meses puso al servicio de la agencia de viajes que fundó con su esposa Jeivacaciones, ya que ella es una persona con una amplia trayectoria en esta rama.
“Mi esposa siempre trabajó en esta área y vio que ella podía hacerlo entonces todo inició en Guápiles hace como diez años y ella puso primero una oficina en Guácimo con la ayuda del padrastro de ella que le dijo que pusiera su oficina de turismo, pero ahí se fue aprendiendo y ahora después de tanto tenemos amplias instalaciones, recursos y todo para atender al cliente de manera muy profesional”, explicó Monguío.
Desde tiempo atrás todavía cuando estaba jugando al fútbol veía como todo se iba alineando a que cuando terminara el fútbol profesional iba a trabajar con la agencia de viajes y es así como en este último año se sumergió en la agencia donde hace de todo desde organizar una agenda para viajeros nacionales e internacionales, coordinación con hoteles, renta de autos, cruceros y trámites para solicitantes de visa con la Embajada de Estados Unidos.
“Yo en el departamento en el que soy encargado es en trámites de visa, ahí si entra un trabajo para esto solo yo lo hago, pero ahorita estoy haciendo de todo porque mi esposa está con el embarazo de nuestra segunda hija y Dios me metió al curso intensivo con todo y ahora cuando está ella es la que recibe las solicitudes de nuestros clientes y ahí repartimos”, comentó.
Una gran parte de la sociedad actual han puesto los viajes como una forma de perseguir sus sueños y justo eso es lo que intentan hacer en este negocio que pusieron como familia, el poder acercar a personas a esos sitios que siempre han añorado conocer tanto dentro como fuera de Costa Rica.
“Le digo a mi esposa que paso muy emocionado y es que uno como jugador tiene esa pasión y uno siempre quiere ganar y ya uno va y conoce las operaciones y busca como las mejora; siempre en el trato con el cliente con mi manera de ser siempre fue de buena relación social y cuando voy a tratar clientes de forma personal y ellos me conocen ahí avanzamos un 50% en la negociación”, contó con humor el defensor.
Curiosamente luego después de tanto tiempo en tantos lugares, fue en su casa, la provincia de Limón, donde el negocio ya terminó de despegar con oficinas físicas y con el crecimiento en cuanto a número de clientes.
Quizá el fútbol ya no está tan presente en la vida de Edder Monguio, pero en el tiempo que estuvo en la cancha trabajó por tener herramientas para enfrentar la vida y ahora su familia necesita mucho de él, pues tienen un pequeño que se llama Ismael y pronto le darán la bienvenida a la pequeña Maddison, motivaciones que alimentan el alma de él y su esposa Jeimy para sacar adelante los proyectos que tienen en mente.