Ousmane Dembélé desatado. Desplazado de entrada al banquillo en los dos primeros partidos de la gira frente a Inter Miami y Real Madrid, en los que la actuación de Raphinha puso en duda su aspiración a ser titular durante la temporada, el francés se estrenó en el once inicial frente a la Juventus y consumó una primera mitad, la que jugó, excepcional.
Vertiginoso, anárquico y desequilibrante, Dembélé fue poco menos que un oasis en el desierto. El calor y el cansancio pasó factura a un Barça que no dominó el partido como habría querido.
Xavi apostó por Busquets en el medio centro y le acompañó de Nico y Kessié en los interiores y el rendimiento del equipo quedó muy lejos de lo mostrado en el Clásico del último fin de semana.
Le costó al equipo azulgrana hacerse notar, combinó con lentitud, defendió con problemas y atacó sin orden, costando encontrar combinaciones entre Aubameyang y Lewandowski, quienes fueron rebajando su intensidad en el juego a medida que pasaban los minutos... Todo lo contrario que Ousmane, colocado en la banda derecha y que acabó por convertirse en un martirio para la Vecchia Signora.
Una jugada personal, marca de la casa, quebrando hacia afuera y cortando hacia el interior del área para dejar atrás hasta tres defensas fue el preludio de un remate seco y raso que sorprendió a Wojciech Szczesny para avanzar al Barça en el marcador.
Se cumplía entonces el minuto 34, acababa de sustituir Dest a Sergi Roberto y avisaba con peligro la Juve a un Barça sin ritmo ni control, cada vez más superado y, de pronto, salvado por el francés.
Su gol, golazo, no cambió el escenario. Seguía mandando en el centro del campo la Juventus, entraba con superioridad por las bandas y gracias a una internada de Juan Cuadrado a la que no supo responder la zaga, llegó el empate de Moise Kean, que dejó señalado a Éric García.
Se entendía melancólico y desfondado el Barça... Pero ahí estaba otra vez Dembélé, que sin tiempo para lamentaciones repitió jugada soberbia por la banda derecha y marcó otro golazo excepcional para reivindicar a lo grande su figura en la plantilla de Xavi Hernández.
Desequilibrante, rápido y al margen de la regular imagen de sus compañeros, el exterior francés dejó claro que si Raphinha se ha presentado con una excelente impresión, él está dispuesto a ser protagonista de excepción en este nuevo Barça