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Barcelona nuevo, vicios viejos

En su presentación, con más de 81 mil aficionados en el Camp Nou, el nuevo Barça fue una triste parodia. Getty Images

BARCELONA -- El Barcelona mudó de piel, se gastó como el que más, de momento, en el mercado de fichajes, anunció una nueva era. Y acabó mostrando una imagen entre decepcionante y desoladora. Se entiende, se da por hecho, que Lewandowski se hinchará a marcar goles porque siempre lo hizo y porque es un fuera de serie; se confía en que Raphinha sea, como le consideró Xavi, una mezcla de Neymar y Rivaldo (casi nada) y que entre Christensen y Koundé el centro de la defensa sea un muro.

Se entiende, se espera, se confía... Pero a las primeras de cambio, en el día de su presentación oficial, con más de 81 mil animosos aficionados en las gradas del Camp Nou, el nuevo Barça acabó siendo una triste parodia. No ganó... Y no perdió porque Falcao estaba por pocos centímetros en fuera de juego cuando marcó en el minuto 94 y porque antes, en el descuento del primer tiempo, Ter Stegen atajó milagrosamente un remate a bocajarro de Álvaro.

El Barça desconocido. Agitado. El Barça al que un aficionado que volviera al Camp Nou después de un año desconectado de cualquier realidad no sería capaz de reconocer. Ni por asomo. Ocho de los 23 jugadores que convocó Ronald Koeman el 15 de agosto de 2021 para enfrentar a la Real Sociedad ya no pertenecen al club. Y siete de los 23 que reclutó Xavi para estrenar frente al Rayo Vallecano no pertenecían al club hace un año.

Es el Barça de un año a otro. Del equipo titular con el que debutó Ronald Koeman en la temporada 2021-22 al once que presentó este sábado Xavi Hernández hubo hasta siete caras nuevas. Dos de los futbolistas que iniciaron aquel partido del 15 de agosto de 2021 ante la Real Sociedad (Neto y Griezmann) ya no pertenecen al club azulgrana. Braithwaite, autor de un doblete aquella tarde, no cuenta para el entrenador y debe buscar, ya con urgencia, una salida. Dest quedó fuera de la convocatoria en un mensaje bastante elocuente y en el banquillo comenzaron De Jong, Memphis y Piqué. La permanencia de los dos primeros no está asegurada, mucho menos la de un Memphis cuya marcha a la Juventus se estima próxima.

Más aún. De los cinco futbolistas que ingresaron como suplentes hace un año solo dos (Araújo y Sergi Roberto) permanecen en el club. Emerson Royal fue traspasado aquel mismo mes al Tottenham, Lenglet le acompaña desde hace un par de semanas y Nico cerró el viernes su cesión al Valencia. Y más: de los jugadores que no actuaron aquella tarde Rey Manaj, Riqui Puig y Demir tampoco pertenecen ya al Barça...

TRISTE

Todo ello... ¿Para qué? Para poco o nada porque el Barça fue un ciclón al que respondió

con agallas el Rayo de entrada y se fue apagando, triste y sin ideas. Abusando de la búsqueda de Raphinha y Dembélé para que ellos hicieran el uno contra uno en la banda y rematasen o buscasen en el centro a Lewandowski.

Se protestaron penalties, se protestó la pérdida de tiempo del Rayo, se protestó la condescendencia arbitral con el marcaje severo del que fue objeto el delantero polaco y se protestó todo lo que había que protestar... Menos, de momento, el propio juego del equipo azulgrana.

Es una evidencia que Xavi disfrutará de la paciencia necesaria para mejorar al Barça. Y es una evidencia, también, que este Barça está lejos de lo mínimamente exigible. Desesperante, lento y sin punch en el juego de combinación, le dio la razón a Guardiola cuando aseguraba odiar el famoso tiki-taka porque era pasar el balón sin ton ni son, sin buscar superioridades ni gener la agilidad mental, de piernas y las ganas, o frescura, para imponer el juego eléctrico de combinación.

Se supone que eso es lo que busca Xavi... Y se supone, se espera, que lo encontrará a no mucho tardar.