La frustración de Kylian Mbappé es lógica. El francés todavía no ha podido retribuir la confianza y la inversión de Real Madrid en él en los tres partidos que disputó. Y lo confirmó con una magra actuación en el empate a uno ante Las Palmas por LaLiga. Al delantero se lo vio entrando poco en juego, al igual que en el encuentro con Valladolid. Y no tuvo los espacios que pretendía para desnivelar. Pero, sobre todo, su presencia no le aportó nada significativo al equipo arriba. La tónica del partido mostró, incluso, a los tres detrás de él muy aislados: ni Vinícius Júnior, ni Luka Modric ni Brahim Díaz fueron protagonistas en un equipo que padeció el encuentro en algunos momentos. Pese a su bajo nivel, Ancelotti lo respaldó sin éxito al francés dejándolo los 90'. Intentó hacer ingresar a Endrick como su socio sobre el final pero no logró cambiar nada. Mbappé, que había amagado con otro comienzo cuando debutó con gol en la final de la Supercopa Europea ante Atalanta, fue de más a menos desde su llegada. Y ahora tendrá la tarea de sacarse una mochila que cada día pesa más.