<
>

Barcelona recuerda en silencio la Champions que ganó en Berlín

BARCELONA -- El Barcelona prepara los fastos para conmemorar el 25 aniversario de su primera Champions, la que conquistó en Wembley el 20 de mayo de 1992, y da la sensación que nada más existe. Este martes se cumplen dos años de la final de Berlín… Una efeméride invisible.

Los goles de Rakitic, Suárez y Neymar provocaron un éxtasis global en el barcelonismo, que enterró de sopetón cualquier discusión respecto a un futbol colectivo que iba perdiendo peso y se entregó a esa nueva realidad. La que ahora hay quien pretende apartar del plano. Y que para ello ni duda en restarle protagonismo a la fecha.

El primer curso de la MSN, el triplete de Luis Enrique, la explosión de lo que pareció un nuevo comienzo/continuación del gran Barcelona liderado por Leo Messi es hoy un recuerdo silencioso, devorado por la actualidad que marca la llegada de Valverde al banquillo, la necesidad de refrescar el vestuario y la depresión silenciosa que se adivina con la conquista de la Champions en Cardiff por parte del Real Madrid.

Del once inicial que presentó Luis Enrique en Berlín solamente falta en la plantilla Dani Alves. El resto no solo permanece en el Barça sino que, a excepción de Mascherano, se sabe, con absoluta certeza, que es la columna vertebral del equipo. La base indiscutible, ‘el equipo-tipo’ que se repitió en la final de la Copa del Rey de 2016 y prácticamente en la de 2017.

El Barça del ‘Tridente-Triplete’ no acertó en la renovación de sus piezas y amparándose primero en la sanción de la FIFA o después en la conveniencia de ampliar la plantilla con futbolistas más de relleno que titulares potenciales fue apagándose entre récords goleadores de sus estrellas y el crecimiento de un Madrid capaz de enlazar dos títulos continentales que han acabado por cerrar el grifo del optimismo.

Dos años después Berlín parece un recuerdo mucho más lejano de lo que es en realidad. El Barcelona sumó en la capital de Alemania su quinta Champions, cuarta en diez años, y pareció ser el dueño futbolístico del mundo. Pero no fue así.