BARCELONA -- Jeremy Mathieu firmó este viernes la rescisión de su contrato con el FC Barcelona e inmediatamente fue anunciado como nuevo jugador del Sporting de Portugal, que le firmará un contrato de dos temporadas.
Mathieu se trasladó a Lisboa el primero de julio, con permiso del Barça, para entrenar con el Sporting, cuyos técnicos querían ver en directo su recuperación. De hecho, el club portugués pretendía alinearle en un partido de entrenamiento frente al Belenenses, lo que finalmente no se ha producido ni ha evitado que el Sporting le ofrezca esos dos años de contrato una vez se desvinculó del Barça.
El defensa portugués, de 33 años, se despidió del club azulgrana tras acordar, según una fuente cercana al Sporting, un finiquito de 1,2 millones de euros para desestimar el último curso de contrato que tenía con el Barça, al que llegó en el verano de 2014 y procedente del Valencia con un coste de 20 millones de euros, su cláusula de rescisión en el club valenciano.
Curiosamente, el Sporting anunció que en su contrato Mathieu tendrá una cláusula de rescisión de 60 millones y el Barça, tal y como ocurrió en el caso de Sandro Ramírez el año pasado, no se reservó ningún derecho de una futura venta del jugador. Se supone que por su edad y no valorar que pueda ser transferido a un tercer club.
EL PRIMERO…
Mathieu se convierte así en el primer descarte de la secretaría técnica azulgrana que abandona el club, si bien, como ya se temía, lo hace sin dejar ningún tipo de beneficio económico, más allá de que el Barça se ahorrará buena parte de su ficha, fijada alrededor de los 3 millones de euros pagándole en concepto de finiquito algo menos de la mitad de ese importe.
Sin embargo, a cinco días de comenzar la pretemporada, la operación salida está en el Barcelona totalmente enquistada.
De todos los futbolistas que se especuló podrían dejar la plantilla este verano, el club dio por sentada la continuidad tanto de Alcácer (en quien se asegura confía Valverde) como de Aleix Vidal y André Gomes, del que aseguró Mundo Deportivo se rechazó desde el Camp Nou una oferta cercana a los 45 millones de euros.
El 30 de junio se desligó del club el portero Jordi Masip, que acababa contrato, y ahora el club busca a la desesperada colocar a Arda Turan, por quien no ha llegado al Camp Nou ninguna oferta en firme. De hecho, y atendiendo a su alto salario (por encima de los 5 millones de euros), en el Barça se entiende la enorme dificultad de conseguir que un club pagase una cantidad ‘decente’ y le mantuviera esa ficha que disfruta en Barcelona por tres temporadas más.
Mascherano, otro que apareció en algunas quinielas como posible baja, dejó clara su intención de permanecer en el Barça y solo podría llegar a contemplarse a corto plazo la salida de Rafinha.
El centrocampista, oficialmente, no estaría por la labor de abandonar el club azulgrana, pero diversos reportes le han puesto en el escenario por su intención de ser fijo esta próxima temporada para acudir al Mundial y el Arsenal, en una operación con Bellerín, podría ser su destino.