<
>

El Barça sufre pero gana en San Mamés

El genio del astro argentino contribuyó con uno de los goles en el duelo. EFE

Entre la solvencia y el sufrimiento, el Barcelona mantuvo el paso firme en San Mamés. Derrotó al Athletic por 0-2 en un partido de dos caras, que comenzó en grande y acabó achicando de cualquier manera, cansado y desconcertado, esperando el salvador pitido final… Al que no preció rezar por cuanto en tiempo añadido Paulinho sentenció la victoria.

Sin Iniesta en el escenario y Paulinho ocupando su plaza en el once, con André Gomes entrando por Deulofeu para dibujar una variación en el fútbol de ataque, el Barça acabó hecho un lío y sobrevivió, se llevó el triunfo, apoyado en el genio de Messi, las paradas soberbias de Ter Stegen, los pulmones de Sergi Roberto y la precipitación de un Athletic que hizo lo que pudo. No más.

Magnífico Ter Stegen con un manotazo salvador a Aduriz en el primer acto, el Barça comprendió que debía dar un paso al frente si quería enterrar el ánimo de un Athletic ya especial y extrañamente frío en el primer tiempo, empequeñecido ante la responsabilidad y que sobrevivió, de hecho, con fortuna.

Sobrevivió porque alcanzó el descanso con desventaja mínima cuando pudo ser máxima. Le salvó el palo en dos ocasiones y solo le penalizó, claro, Leo Messi, iniciador y finalizador del 0-1 cuando podía la hinchada local confiar en mantener la igualada en el marcador.

El 0-1, la ventaja del líder, invitó a pensar que el choque estaba en visos de sentencia. Viendo el poco ánimo de los Leones y la calma con que jugaba el equipo de Valverde no se estimaba posible que pudiera escaparse la novena victoria tras diez jornadas de Liga.

Así fue al final… Pero pudo acabarse por dibujar una película muy distinta. La ausencia de Iniesta restó control al Barça en cuanto la segunda parte dio a conocer a un Athletic enrabietado. Valverde, desde la otra acera, pareció confuso por cuanto le costó más de media hora meter mano al equipo, cuando más sufría en defensa y mantenía su ventaja en el marcador con mucho sufrimiento.

Le sacó del atolladero Ter Stegen tras un corner con una atajada bestial en los momentos críticos, con los de Ziganda lanzados con todo y de todas manera, arrinconando a un Barcelona que daba la impresión de cualquier cosa menos de ser el líder firme de la Liga…

Pero la suerte del campeón acudió a su encuentro en la recta final. Se mantuvo en pie como pudo… Y le dio lustre al marcador con el 0-2 de Paulinho, en una contra mortal, conducida por Messi, no acertada por Luis Suárez pero sentenciada por Paulinho, ese jugador que tantas veces da la sensación de estar sin estar. Pero que no falla.

Como no falló el Barcelona. Empezó con magnificencia y acabó sacando agua. De la solvencia al sufrimiento… Para llevarse otra victoria en su cabalgada liguera.