BARCELONA -- Ousmane Dembélé volvió de pronto. Apenas dos días después de recibir el alta médica reapareció en Vigo, disputando los últimos 24 minutos del partido frente al Celta y dando la razón a quienes tanto elogiaron su constancia y entrega durante la recuperación.
El joven crack francés, de quien se espera mucho y al que se ha visto de momento muy poco, dejó constancia que ha reaparecido sin ninguna urgencia y que ha cumplido de forma estupenda los plazos más optimistas en su puesta a punto. Llegó en el momento justo... Aunque probablemente su entrada en acción no fue la esperada por el entrenador.
Valverde le dio entrada por José Arnaiz, obligado por las molestias del joven jugador toledano, quien acabó por convertirse en el gran protagonista de la tarde en clave azulgrana.
Fichado al Valladolid en el verano de 2017 por 3,4 millones de euros, Arnaiz llegó para reforzar al Barça B en su retorno a la Segunda División pero sin estar llamado a ser considerado por el entrenador del primer equipo. Su papel en el Miniestadi, sin embargo, hizo que Valverde reparase en él.
Curiosamente la cara de Arnaiz es la cruz de Deulofeu, que se quedó en Barcelona y se diría ha perdido toda su ascendencia a ojos del técnico, que con sus decisiones ha dejado claro el enamoramiento nacido con el joven aparecido en sus planes.
Arnaiz suma tres goles en tres partidos con el primer equipo del Barça, siendo el primer jugador que marca en sus primeros tres encuentros desde que lo hiciera Giuly en 2004 ante Racing, Sevilla y Celtic. "He tenido muy buenas sensaciones porque jugar con el primer equipo es lo mejor que puede pasarte" reconoció al acabar el choque el joven delantero , restándose importancia y recordando que "debo volver a trabajar en el B".
¿Hasta cuándo? Eso deberá decidirlo en su momento y a su manera Ernesto Valverde, consciente como debe ser todo el mundo en la dificultad extrema que significa hacerse un puesto en este Barça... Más aún teniendo en cuenta la más que posible llegada de Coutinho a la plantilla azulgrana.
"Arnaiz es un jugador que se desenvuelve bien delante. Tiene desparpajo y gol" elogió el entrenador a un jugador que de la nada aspira a ganarse un lugar entre los elegidos. Un futbolista que, de alguna manera, podría recordar al Pedro que apareció de puntillas en la última temporada de Rijkaard y explotó a las órdenes de Guardiola.
De forma inesperada, sin ser llamado a ser un crack, Pedro Rodríguez acabó siendo un jugador legendario. Pensar que Jose Arnaiz pueda aspirar a ello es muy aventurado, posiblemente osado y hasta fuera de lugar... Pero de momento se diría que ha dejado señalado el camino.