BARCELONA -- El Barcelona de Valverde cerró la primera vuelta de La Liga instalado en el papel de único favorito. Con 51 puntos, la tercera mejor marca histórica después de los 52 de la temporada 2010-11 y los 55 de la 2012-13. Esta vez, con Valverde, tiene todo a favor para repetir un dominio final indiscutible, como en el curso de Tito Vilanova.
Aquella vez (18 victorias y 1 empate) concluyó la mejor primera vuelta que se haya visto jamás y lo hizo con 11 puntos de ventaja sobre el Atlético de Madrid que ya comandaba el Cholo Simeone. Ahora aventaja al mismo equipo colchonero en 9 puntos, pero no se adivina quien pueda hacerle frente al equipo de Valverde, capaz de convertir una pesadilla en un sueño bajo el diluvio.
Mientras en el Bernabéu el Real Madrid suma decepciones y se instala en una crisis que solamente espera a estallar a la eliminatoria de Champions League frente al Paris Saint-Germain, en el Camp Nou la sonrisa se adivina infinita. Comenzó el Barça el año con una exhibición sobre el Celta en la Copa, presentó a Coutinho), se alegró con el carácter de Yerry Mina y solventó ese partido maldito de Anoeta con una remontada enorme.
Un golpe de efecto, un puñetazo en la mesa... Una sentencia soberbia de un equipo que demostró estar preparado para todo y que derrumbó a una Real Sociedad que rozó la esperanza de devolverle a la tierra.
Ya son 29 los partidos que el Barça de Valverde no conoce la derrota. Despertado Luis Suárez, enorme (en ataque) Paulinho, líder Lionel Messi, fenomenal Marc-André ter Stegen... La columna vertebral del grupo azulgrana desmontó la teoría del fin de ciclo que se aventuró tras el derrumbe en la Supercopa de España y ha trasladado las crisis, a lo bestia, hacia un Real Madrid perdido y hundido de mala manera.
La Liga, de manera indiscutible, está pintada de azulgrana. Y eso que apenas se llegó a la mitad del campeonato...