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Yerry Mina pasa su primer examen en el Camp Nou

BARCELONA -- A Yerry Mina solo le falló el resultado en su puesta de largo en el Camp Nou. Se presentó en el césped abrazado a Messi y lo abandonó con una tarjeta amarilla, en tiempo de descuento y después de 93 minutos en los que no desentonó, para nada, en el líder de la Liga.

Un medio remate en la primera mitad y dos de cabeza, en la segunda, el último en el minuto 76 y que se marchó fuera por muy poco, fueron las credenciales ofensivas del jugador colombiano, que en defensa dio a entender que puede contarse con él, por más que su figura se comprenda a la sombra de los titulares.

Pero Mina gustó en su presentación ante la hinchada azulgrana. Le dio Ernesto Valverde la alternativa formando una defensa inédita junto a Digne y la colaboración de Buquets y mantuvo el aplomo necesario en un partido que acabó convitiéndose en una guerra de nervios de la que no permaneció al margen.

Abrazado a Messi en su entrada al césped, volvió a dejar patente la ilusión desbordante que disfruta en el club azulgrana. Ni corto ni perezoso, antes de comenzar el choque, aplaudió a la afición del Camp Nou, que le respondió con una ovación desconocida en un futbolista antes de llegar a jugar en el estadio.

Que ha entrado con buen pie en el club lo demostró esa acción y los abrazos de ánimo que se repitieron de sus compañeros, desde Rakitic y hasta Busquets, en los instantes previos al inicio. Y a partir de ahí, el examen.

Bien, sin aspavientos. Bien, sin florituras. Muy bien por arriba y bien sin complicarse la vida en la salida de balón. Acompañado de Busquets y ayudado cuando fue menester por Digne o Rakitic, Mina dio sensación de empaque, de sobriedad y tranquilidad. Falló un pase que pudo provocar problemas en la primera parte y pareció tomar apuntes de Piqué al marcharse alegremente al ataque en una jugada que estuvo cerca de rematar.

Su papel, ofensivo, creció después, en la segunda mitad. Dos remates de cabeza en tres minutos dieron a entender que es un buen recurso en jugadas a balón parado. Atrás estuvo firme por abajo y poderoso por arriba. Mostró carácter y colaboró en lo posible en la salida de balón, recbiendo la confianza de unos compañeros que dieron a entender, tal cual, que ya es uno más en el vestuario del Barça.

Aunque faltó lo principal. No hubo victoria.