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Valverde ve en la crisis del Barcelona una oportunidad de reafirmarse

BARCELONA -- El Barcelona ganó la Supercopa de España con Ter Stegen atajando un penalti en el último suspiro; salvó la muralla del Alavés en el minuto 64 gracias a Messi; acabó pidiendo la hora en Valladolid, con un gol anulado al equipo pucelano en el último minuto; venció en Anoeta gracias a la pareja Ter Stegen-Rulli, salvador el alemán y desastroso el argentino; goleó al PSV con Messi abriendo la lata... Y a partir del partido frente al Girona comenzó el fin de la inocencia.

El Girona dejó al descubierto las carencias del campeón de Liga, el Leganés le retrató y, por fin, el Athletic le desnudó. Valverde insistió en sus rotaciones y acabando con los intocables en el césped ya quedó marcado porque el equipo no respondió, ni en forma ni en fondo.

Tal es así que después de perder siete puntos en tres jornadas y con el viaje a Londres a la vuelta de la esquina para visitar al Tottenham antes de acudir a Mestalla al encuentro del Valencia, el futuro de Valverde en el banquillo se sospecha más dudoso que nunca.

“Cada vez que hay una derrota aquí se monta mucho lío pero a la vez es una oportunidad para reafirmarte en lo que haces. Ha sido una semana dura y la tenemos que afrontar”, solventó el entrenador azulgrana, lejos de dar sensación de abatimiento y sin considerar que pudiera dudarse de su continuidad.

Habrá que ver, claro, las respuestas futbolísticas y las reacciones que existan tras jugar en Wembley y Valencia, dando por hecho que este Barça parece cada vez más lejano de lo esperado.

DECISIONES
Así, sorprendió Valverde dejando en el banco a Messi, justo después de una grave y dolorosa derrota ante el colista y cuando se daba por hecho que pondría en el escenario a todos sus cracks, con el número al frente, más sorprendió la poca, casi nula, ascendencia futbolística de un equipo que apareció por rachas pero sin ningún tipo de continuidad.

“Cuando tomo una decisión la tomo pensando en lo mejor para el equipo y para el club, asumiendo toda la responsabilidad y pensando que es lo correcto” solventó, firme, al ser preguntado por la ausencia de Messi en el once, y entendiendo que el equipo está “capacitado” para salir adelante.

Pero eso no ocurre. Estaba avisado el entrenador por el pasado inmediato y, sin embargo, no supo, de ninguna manera, dar un paso al frente. Ni los postes, que evitaron goles de Coutinho y Leo, ocultaron el nefasto momento anímico y deportivo de un Barça que ha sumado solamente dos puntos de los últimos nueve disputados, una racha desastrosa que no sufría desde la primavera de 2016, cuando enlazó un empate y tres derrotas para poner en peligro un título que finalmente conquistaría.

“No sabría decir cuál de los dos equipos está mejor o es más favorito” respondió, educado, Berizzo al pedirle ESPN una comparación entre Barça y Real Madrid, después de haberse enfrentado a ambos equipos en este inicio de temporada, pero quedó claro, este sábado, que la apuesta futbolística del equipo de Valverde está muy alejada de lo esperado.

Urgencia y alarma a partes iguales. Así transita un Barcelona en el que Valverde sufre, como en abril, un momento para algunos delicado y para otros dudoso.