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Fermín le regala la última sonrisa al Barcelona en Sevilla

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¿De regular a mala la gestión de Xavi en el Barcelona? (2:28)

Xavi Hernández dirigió su último juego como DT culé, quienes vencieron 2-1 a Sevilla. (2:28)

Xavi cerró su etapa con victoria y será recordado por su apuesta por una juventud que puede ser la base de la plantilla del próximo ejercicio.

Subcampeón con 85 puntos, un guarismo que hace un año le habría bastado para conquistar el título de Liga pero este curso le ha dejado diez unidades por detrás de un Real Madrid totalmente inalcanzable, el Barcelona despidió la temporada con una victoria tan intrascendente como señalada en el Sánchez Pizjuán, donde la sonrisa y agradecimiento de Fermín López a Xavi Hernández dejó traslucir lo poco que se recordará de esta campaña.

Venció el Barça por 1-2 al Sevilla, primero con gol de Robert Lewandowski y después, en la segunda mitad, de Fermín, el descubrimiento más inesperado de esta temporada con más sombras que luces, en que no pudo reeditar el título de Liga ganado el año pasado pero que dejará para el futuro una base de jóvenes en los que mucho se puede confiar.

Si a Ronald Koeman le acompañarán los nombres de Pedri, Ronald Araújo y Gavi, a Xavi siempre se le podrá relacionar con Lamine Yamal, Pau Cubarsí y Fermín, sus apuestas, los chicos a los que contra toda lógica, unos en edad juvenil y el otro después de jugar cedido en un Linares del que pocos tenían conocimiento, colocó en el primer plano del escenario un entrenador que, a pesar de todo, se habrá ganado un espacio en la historia moderna del club.

No sabe el técnico las razones por las que Joan Laporta cambió en tres semanas de parecer respecto a su persona. Si el 25 de abril defendió su permanencia por la necesidad de creer en el proyecto, no comprendió que su discurso del 15 de mayo provocase tal enfado en el presidente, hasta el punto de ningunearle de mala manera primero y acabar por despedirle después.

Elegante en su última rueda de prensa en Barcelona, antes de viajar a Sevilla y callando mucho más de lo que dijo, sin ninguna queja ni amargura, Xavi se despidió antes de jugar su Barça en el Sánchez Pizjuán el partido 143 desde que llegó en noviembre de 2021.

Una auténtica montaña rusa de sensaciones, de alegrías, de decepciones y de un fútbol que no alcanzó los cánones esperados, pero que dejará huella en el futuro del Barça.