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El Barça olvida el mercado y se enfoca en Osasuna

BARCELONA -- “Están de fiesta, celebrando que han vuelto a Primera y han comenzado bien la temporada. No va a ser un partido cómodo”.

La suposición de Ernesto Valverde, que se estrenará como entrenador del Barça en El Sadar, es una realidad porque el campo del Osasuna no suele ser un escenario fácil para el equipo azulgrana, cuyos aficionados más veteranos no olvidan que allí, en abril de 1982, el conjunto que entrenaba en aquel entonces Udo Lattek perdió un partido (3-2) que le condujo a un derrumbe impensable hasta dejar escapar una Liga que tenía ganada.

El Sadar es un campo de alta exigencia, como demuestra que de 37 visitas el Barça solo ha ganado 14 y aunque de sus últimas diez solamente perdió dos (2006 y 2012), sus últimas experiencias, más allá del marcador, ponen en guardia al entrenador, tan ocupado en repetir la buena imagen ofrecida frente al Betis para no verse abocado a la Messidependencia como enterrar el recuerdo de San Mamés.

Y en todo ello alumbra, imposible de ocultar, el mercado que tanto fastidia a Valverde, cansado de especulaciones y que aun queriendo permanecer inalterable y dar la imagen de ausente sabe que su plantilla puede sufrir variaciones, y no simples, después del lunes.

Neymar no va a fichar por el Barça este sábado. Al menos no se entendería que así fuese con el sospechado intercambio de futbolistas por cuanto en la relación de expedicionarios se mantiene Rakitic… Quien a juzgar por las palabras de su entrenador en la sala de prensa tendría opciones, incluso, de entrar, por fin, en el once inicial.

Sea como sea, pase lo que pase, el técnico dio una señal de independencia clara al repetir la misma convocatoria, con Ansu Fati, que la semana anterior, con el único cambio de Wagué en lugar del lesionado Junior Firpo y dejando, por segunda semana consecutiva, fuera de los convocados a Carles Aleñá, quien pasó de ser titular en San Mamés a pagar los platos rotos de aquella derrota.

El barcelonismo vive pendiente de las redes sociales, de los periodistas y de todas las especulaciones que se repiten alrededor de un tema, el de Neymar, que ya se recibe con hartazgo, creciendo una sensación de pérdida de grandeza por todo lo que, parece, dispuesto a arriesgar la directiva de Bartomeu por recuperar al díscolo brasileño.

Mientras, en el vestuario, ajeno a todo, Valverde plantea la visita a Pamplona sin ocuparse de asuntos externos… Por mucho que éstos sean noticia de primera magnitud.