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Cartas desde Barcelona: Neymar, el único que se ríe de todos

BARCELONA -- Neymar no ha fichado por el Barcelona. Stop. El primer, segundo, tercer y vigésimo ultimátum caducaron y la vida sigue igual. Las posturas se acercan y alejan estiradas por una goma a conveniencia de los interesados. Y continúa interpuesta una demanda del jugador contra el club que se juzgará el 27 de septiembre.

Aquí el único que se ríe de todo es Neymar, capaz de mover como un titiritero los hilos de todo el mundo como si él fuera el fútbol. Y el Barça juega a su juego con el miedo en el cuerpo. Si ficha, es mal por poner en riesgo (evidente) el futuro económico del club; si no ficha, es mal por hacer el ridículo durante más de un mes. Pase lo que pase, el señalado, siempre, es el Barcelona.

Las informaciones, interesadas o inocentes, contrastadas o iluminadas, filtradas o robadas, se multiplican en las redes sociales a velocidad de vértigo. Todo el mundo sabe, todo el mundo conoce, todo el mundo interpreta. Pero nadie acierta. Hasta que se cierre la historieta el 2 de septiembre, o antes, y se multipliquen entonces los mensajes de “tal y como informamos el cero de agosto...”.

Pero, vaya, a 23 de agosto Neymar entrena en París y las especulaciones vuelan a velocidad de vértigo. Aquellos viejos culebrones que cumplían capítulos a diario se queman ahora en cuestión de minutos y los ridículos, o no, se catapultan al escenario continuamente.

Le hemos pedido gestos públicos para dar a conocer al mundo, de viva voz o de brillante imagen, que él solo quiere regresar al Barça. Y nos conformamos con un recuerdo del 6-1 o con una foto publicada por un amiguete suyo celebrando copas de azulgrana. ¡Ese es el gesto! Aspirar a que Ney retire la demanda que tiene interpuesta contra el club está fuera de lugar, ¿verdad?

“Neymar hablará cuando el Barça presente una oferta seria”, se ha llegado a escribir sin atender a que el club está ahogado económicamente y duda, lógicamente, a arriesgarse en una operación de tamaño calibre. Porque, ¿puede el Barça meterse en un berenjenal de 300 millones de dólares así como así?

Y Neymar sigue en París. Riéndose de todo y de todos. O de casi todos...