<
>

Abidal declara ante un juzgado por el trasplante de hígado

BARCELONA -- “Vamos a pedir el archivo de la causa porque todo se hizo en la más estricta legalidad”. Carlos Monguilod, abogado de Eric Abidal, resumió con esta frase su postura en el caso del trasplante de hígado que recibió el hoy secretario técnico del FC Barcelona de su primo y por el que fue citado a declarar, junto al ex presidente del club Sandro Rosell, a partir de una conversación telefónica entre este y un colaborador entonces del club que puso en alterta a la fiscalía.

La declaración se produjo días después de que declarase el propio Gerard Armand, quien afirmó ser el donante, altruista absolutamente, del hígado y se reconoció “sorprendido” por todo el caso a partir de las dudas que provocaron la intervención de la Audiencia de Barcelona.

Abidal defendió ante el juzgado de instrucción número 28 de Barcelona que el proceso “fue absolutamente legal”, negando, de acuerdo a lo expresado a la salida del edificio por su abogado, haber compensado económicamente a su primo. “Ni Eric ni nadie en su nombre, bajo ningún concepto, pagó nada” reafirmó Monguilod, quien concretó su definición del caso.

“A día de hoy está muy claro que el señor Abidal recibió un hígado en una operación de trasplante absolutamente legal", afimó el abogado, que detalló que, ante la falta de “ningún componente delictivo”, decidió solicitar el archivo de la causa para que no siga abierta “ni un minuto más”.

Eso ocurrirá en cuanto el servicio forense del Hospital Vall d’Hebrón remita al juez el resultado de las analíticas a las que sometió al donante, en que se demuestra la relación de éste con Abidal y para cerrar un caso que reabrió el juzgado en enero, a instancias de la Audiencia de Barcelona, para aclarar ‘presuntas irregularidades’ en la documentación sobre el donante, después de intervenirse una conversación entre Sandro Rosell y un colaborador directo en que se apuntaba una supuesta compra ilegal del hígado trasplantado al secretario técnico del Barça.

Juan José Castillo, el empleado en cuestión y director de la Oficina de Atención al Jugador en la época de la presidencia de Sandro Rosell, declaró, según Monguilod, que la conversación citada “no tenía base de realidad, fue en un contexto de conversación frívola y privada” porque, aseguró, Castillo “suele hablar en estos términos; es bromista y tiende a exagerar”.