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A 19 años de que Messi firmó su primer contrato con el Barça

Getty Images

Leo Messi debutó en el remodelado, y magnífico, estadio de Anoeta de San Sebastián, un lugar que provoca sentimientos encontrados en el crack argentino y, también, en el barcelonismo recordando que fue allí, un 4 de enero de 2015, donde se desencadenó una de las mayores crisis del FC Barcelona por la decisión de Luis Enrique, entonces técnico azulgrana, de dejar al argentino en el banquillo en aquella visita a la Real Sociedad que acabó en derrota, provocó la furia del astro y, llevándose por delante al Director Deportivo Andoni Zubizarreta, estuvo cerca de motivar el despido del entrenador cuando se aventuró una posible salida, tan utópica como posible, del propio jugador…

Pero no es esa la única desventura de Messi en un estadio en el que se rompió una racha de tres victorias consecutivas, después de 13 visitas en las que enlazó 8 partidos sin ganar ni, tampoco, un hecho marginal en este sábado de especial sabor en la carrera deportiva del ‘10’. De hecho, de sabor especial para el Barcelona en pleno puesto que el partido coincidió con el 19 aniversario del fichaje de Leo por el club, siendo un niño desconocido y por quien apostó personalmente Carles Rexach viéndole apenas cinco minutos durante un partido entre dos equipos juveniles del Barça montado expresamente para valorar sus condiciones dos meses antes.

Messi había llegado con su padre a mediados de septiembre con una prueba de dos semanas. Rexach se encontraba en Sydney, en los Juegos Olímpicos, y mientras aquel pequeñito desconocido iba y venía desde una pensión para entrenar con los infantiles, marcando goles y maravillando, nadie se decidía. Jorge, su padre, comenzó a impacientarse cuando le dijeron que el dos de octubre, un lunes, Rexach le vería…

Y Rexach llegó tarde al partido, que se jugó en el campo anexo al hoy desaparecido Minestadi. “Subí las escaleras y le vi rápido porque, tan pequeñito, era fácil de localizar. Tardé unos cinco minutos en llegar al banquillo y no hizo falta ni completar un informe… Solo les dije a todos que ese niño era muy bueno y no se podía escapar”, relató Rexach, quien apenas permaneció cinco minutos en el campo viendo el partido.

Allí se quedaron Rifé, Costas, Benaiges, Costas y Borrell mientras Charly se iba ante el estupor del padre de Messi, quien pensó, erróneamente, que Rexach no le habría visto nada especial. “Me da vergüenza escuchar que soy el descubridor de Messi. No es que me enfade, pero pienso: 'Joder, toda la vida jugando al fútbol y ahora me recuerdan por descubrir a Messi… Messi se descubrió solo”, enfatizó, recordando que al dejar el campo de entrenamiento, aquel dos de octubre, se despidió con su socarronería habitual de sus colegas del fútbol base: “¿Para esto me esperáis dos semanas y me hacéis venir? Este chico se ficha solo, no me necesitan”, exclamó.

Leo volvió a Argentina al día siguiente con su padre esperando una llamada. “No os preocupéis que esto lo solucionamos”, les despidió Rexach… desconocedor de lo mucho que debería pelear. A Messi le veían muy bajito, era extranjero y su incorporación costaba mucho dinero por el tratamiento médico que debía llevar a cabo…

Y fue él, Rexach, quien empeñó su palabra y su crédito en el club para lograr el fichaje que se concretó aquel 14 de diciembre de 2000, firmado en una servilleta con el padre de Leo, su primer representante Horacio Gaggioli y Josep María Minguella. “Mi éxito fue ponerme pesado para firmarlo porque había gente en el club que no lo veía nada claro”, recordó Rexach, una afirmación que podría parecer fuera de lugar pero que el propio Messi advirtió, siendo ya una estrella, totalmente cierta. “Al verme dijo que sí, que había que ficharme, pero muchos son los que dijeron todo lo contrario. Charly fue el que más me ayudó para que pudiera estar en el Barcelona”.

Cuatro días antes, el 10 de diciembre de 2000, el Barça había vencido por 4-2 al Espanyol en el derbi pero tras 14 jornadas era quinto en la clasificación, con 23 puntos, seis por debajo del líder Real Madrid y habiendo perdido ya cinco partidos. Joan Gaspart, el presidente, buscaba con desespero un fichaje de impacto con el que hacer olvidar la fuga de Figo al Real Madrid y la idea de invertir 1,300 dólares al mes por el tratamiento para paliar el déficit de la hormona de crecimiento que padecía aquel niño desconocido de 12 años le parecía un asunto tan descabellado como lejano de sus preocupaciones.

“A este niño hay que ficharlo”, se empeñó, personalmente, Rexach ante el presidente Gaspart, apostando contra muchas opiniones para, ese 14 de diciembre, llevárselo al Club de Tenis Pompeya, propiedad de su amigo Josep María Minguella (responsable de multitud de fichajes durante la historia del Barça, entre ellos el de Maradona), y en el bar del local tomar la famosa servilleta para estampar ese contrato, cuando la familia Messi ya empezaba a hacer planes para irse a buscar otras opciones, sopesando Gaggioli una prueba en el Real Madrid.

"En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, secretario técnico del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas", escribió Rexach en aquella servilleta histórica.

Al cabo de 19 años Leo Messi es leyenda… Aunque no pudiera celebrarlo como deseaba.