BARCELONA -- El Barcelona recibe este domingo al Levante (derrotado en sus 17 visitas anteriores al Camp Nou) con la necesidad de sumar una victoria que no le aleje del Real Madrid en su persecución por el liderato que perdió hace una semana en Valencia y que está hoy más lejos que nunca, después del triunfo merengue en el derbi frente al Atlético de Madrid.
El equipo de Zidane disfruta de seis puntos de ventaja en la clasificación, una situación no recordada en el campeonato desde la temporada 2016-17, y provoca máxima presión en un campeón tan necesitado de recuperar su mejor imagen como, por encima de todo, conquistar un triunfo innegociable.
Cuatro días después de golear (5-1) al Valladolid y tras enlazar siete victorias consecutivas desde su derrumbe en Granada, el Barça de Ernesto Valverde se despeñó en Valencia frente a un Levante que remontó en ocho minutos mágicos el 0-1 de Messi para acabar venciendo por 3-1. Sucedió aquello el dos de noviembre de 2019, cuando el puesto del entrenador era tan discutido por el entorno como asegurado afirmaba el club azulgrana. Pero fue una derrota que dejó su posición en sospecha. Una derrota que pesaría ya invariablemente en el Camp Nou.
Al cabo de tres meses nada, o casi nada, es igual en el Barça. La Supercopa de España acabó provocando el despido de Valverde y el aterrizaje de Quique Setién, menos suave de lo que se habría deseado, comenzó a remover a un vestuario que poco a poco va haciéndose a la idea del nuevo entrenador que en su quinto partido al frente del equipo azulgrana debe confirmar la mejoría contemplada ante el Leganés y enterrar el pasmo que supuso el KO de Mestalla, en un regreso a Valencia que no pudo dejar peores sensaciones.
El Levante, que cumple este domingo 500 partidos en Primera División (143 ganados, 121 empatados y 235 perdidos hasta hoy), solo ha sido capaz de derrotar al Barça en 5 de los 35 duelos directos y ha sido vencido en sus 17 visitas al Camp Nou pero es un oponente especialmente antipático en el recuerdo reciente, puesto que le ha ganado en su campo en tres de las últimas cuatro visitas barcelonistas y todas ellas han dejado un sabor amargo y cruel.
Llega el cuadro granota al encuentro del Barça lejos de sus mejores sensaciones, con un colchón de nueve puntos sobre los puestos de descenso pero con tres derrotas consecutivas en la Liga y cinco partidos sin conocer la victoria, entendiendo que dar la campanada es poco menos que una utopía pero consciente, también, de que el grupo de Setién anda aún alejado de la excelencia esperada... Y atado a la urgencia.