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Vinicius sentencia en el jardín de Messi

MADRID - El Barcelona se quedó sin marcar en el Bernabéu por primera vez después de casi 14 años y el Real Madrid se llevó un Clásico que tuvo el equipo de Setién muy de cara en la primera mitad para casi desaparecer en la segunda. Esperando la habitual exhibición de Messi, Vinicius se convirtió en la sensación de un partido por el que transitó el capitán azulgrana sin apenas dar señales de vida, mermado físicamente y sin capacidad tras el descanso para liderar a un equipo que se entregó a la fatalidad.

Vinicius comenzó mostrando bicicletas insustanciales, continuó atreviéndose a pesar de todos los chascos que se repetían y acabó convirtiéndose el hombre del partido, enloqueciendo por su velocidad a la defensa azulgrana, fallona hasta la extenuación en una segunda parte que fue casi tan blanca como azulgrana había sido la primera.

Y es que a la vista de los primeros 45 minutos parecía utópico pensar que el Madrid pudiera darle la vuelta al calcetín en la continuación. El mando de Busquets, la personalidad de Arthur y el dominio global del Barça desapareció a los 10 minutos del segundo tiempo, dando la sensación de que estaba tan seguro de sí mismo que pensaba matar el Clásico en cualquier momento… Y todo ello no hizo otra cosa que darle aire, y gasolina, a un rival que se rebeló contra su papel secundario. La poca contundencia le condenó.

Semedo mantuvo a raya durante más de una hora a Vinicius, pero el joven brasileño demostró una personalidad incuestionable, atreviéndose una y otra y otra vez… Hasta que las imprecisiones, producto de un cansancio tan curioso como difícil de explicar, cambiaron el escenario.

Al Madrid no le preocupó mandar en el centro del campo para dar el golpe de gracia y al Barça, en el momento de la verdad, no le alcanzó. Messi mostró estar lejos de su mejor forma, mermado físicamente, no alcanzó su papel incuestionable en su campo talismán y después de cuatro temporadas llevándose la victoria el equipo azulgrana volvió a perder.

Y lo hizo por el mismo resultado que la última vez que se quedó sin marcar en un partido de Liga frente al gran rival en el Bernabéu: 2-0. En el jardín de Messi, Vinicius fue el protagonista.