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¿La Liga realmente podrá regresar en junio? La 'nueva normalidad' será complicada

En toda España, el fútbol profesional está dando los primeros pasos tentativos hacia el reinicio de sus actividades. Los clubes con instalaciones de entrenamiento las han esterilizado, reorganizado y preparado para la afluencia de personal, y se adaptaron para mantener el distanciamiento social de dos metros que sigue siendo obligatorio en la fase cero de la desescalada.

La gran mayoría de estos maravillosos futbolistas, cuyo talento tanto hemos echado de menos durante estas brutales semanas de encierro por el coronavirus, ahora comenzarán a trotar en pequeños y esperanzados grupos de cuatro o cinco. La mayoría serán sometidos a pruebas de COVID-19 y, naturalmente, la mayoría de ellos lo hará con nerviosismo. Los planteles más grandes probablemente entrenarán por turnos, divididos en grupos de mañana, tarde y noche. Eso es lo que exige el gobierno, al menos durante las próximas semanas. No puede haber grandes conglomerados de jugadores y personal en el mismo lugar y al mismo tiempo.

Todo el ejercicio es tentativo, divisivo y precario, pero es una esperanzadora primera señal de que algo está empezando a moverse tras el cierre total y el confinamiento en casa. Metafóricamente, es como el brote de pequeñas hojas y flores en las ramas luego de un largo invierno; un tímido indicio de que se acerca la primavera -- hermoso, pero frágil. Tal como la Madre Naturaleza, tenemos que aceptar que todo ese color, ese optimismo y buenas señales de salud pueden ser destruidos por una repentina inclemencia, una tempestad que arrase con todo lo positivo antes de que haya podido echar raíces.

El COVID-19 claramente tiene el potencial de volver a convertirse en esa tempestad. España apunta a la reanudación de actividades de La Liga para el 12 de junio, incrementando gradualmente los entrenamientos grupales durante el transcurso de las seis semanas que nos separan de dicha fecha. Eso es lo que sabemos, pero hay muy pocos absolutos sobre esta versión primitiva de la nueva normalidad.

¿Debería estar ocurriendo esto?

La tasa de muertes atribuidas directamente a este odioso virus viene cayendo en España, y en el inicio de esta reanudación parcial en el mundo del fútbol, es incluso más baja que cuando comenzó a regir la cuarentena en este país. La semana que viene, muchos comercios y empresas volverán a abrir sus puertas en el país, aunque con ciertas restricciones: Se puede comer y beber en bares o restaurantes que tengan terrazas al aire libre, se pueden fabricar automóviles y se puede vender ropa. ¿Por qué el fútbol no habría de hacer lo mismo?

Las áreas correspondientes del gobierno han dado el visto bueno, nuevamente bajo ciertas condiciones, y esta industria --tal como la mayoría-- básicamente necesita una inyección inmediata de ingresos para sobrevivir de alguna manera. Pero hay dos factores que no parecen quedar claros y son de gran importancia.

¿El sector de la salud de España, que ya no está tan abrumado como hace algunas semanas, tiene objeciones serias y bien articuladas contra la reanudación de actividades en el deporte profesional? En este momento la respuesta parece ser no. Pero si eso cambia, si se demuestra que la reanudación del fútbol es prematura, o que hay que seguir el modelo de los Países Bajos o de Francia, donde las temporadas nacionales se han dado por finalizadas, entonces eso debe dictar opinión.

El segundo elemento que es absolutamente fundamental, pero no está claro, en este momento es si la comunidad del fútbol en sí está preparada profesional, psicológica o físicamente, o convencida moralmente. El fútbol tiene la horrible costumbre de suponer que una vez que sus jugadores reciben un salario, se convierten en simples activos. No siempre se tiene en mente que los futbolistas son tratados por los clubes, los órganos reguladores, los patrocinadores y las señales como si fueran sirvientes. Sea consciente o subconsciente, el efecto es el mismo y debe evitarse -- ahora más que nunca.

Durante la cuarentena por la pandemia hubo horribles disputas entre La Liga, la federación española y el sindicato de jugadores. Algunas se resolvieron temporalmente gracias a una reunión cumbre entre el gobierno y los dos órganos reguladores del fútbol. La reunión fue productiva, hubo avances y la federación y La Liga mantuvieron una tregua temporaria durante las siguientes dos semanas. Me pareció informativo que el sindicato de jugadores no fue invitado.

Desde aquel encuentro, el líder del sindicato, David Aganzo, ha planteado algunos puntos muy válidos luego de sondear a los miembros de los clubes profesionales del país.

¿Con qué frecuencia se les pedirá a los jugadores (que estuvieron más inactivos que nunca en sus carreras con la excepción de eventuales parates por lesiones graves) que compitan cada semana para completar la campaña 2019-20 una vez que se reinicie el fútbol? El punto fundamental es que la mayoría de los fisioterapeutas deportivos creen que habrá más lesiones y distensiones musculares después de siete semanas sin entrenamientos normales, y eso sin tener en cuenta el inevitable planteo de que no está mal que los futbolistas jueguen cada tres días durante varias semanas. Dicho calendario está muy lejos de ser óptimo en el mejor de los momentos. Es más, la fisioterapia con contacto directo y los masajes en los centros de entrenamiento estarán prohibidos, lo cual significa más problemas para los músculos y los tendones.

Aganzo también señaló que no todos sus miembros están dispuestos a correr el riesgo de ir a entrenar, a participar en prácticas con contacto, y luego a enfrentarse competitivamente a otros equipos por temor a contraer el virus de alguna manera y llevarlo a casa, donde vive un niño pequeño, una mujer embarazada, o un familiar en un grupo de riesgo. El punto de vista es fácil de comprender.

Los distintos puntos de vista de los futbolistas españoles pueden resumirse en las palabras de Suso, de Sevilla, Ramos, de Real Madrid, e Ivan Rakitic, de Barcelona.

El miedo de Suso, según le contó a Radio Marca: "Tengo un bebé en camino, y la salud es lo primero. Si voy a entrenar y le llevo el virus a mi esposa embarazada, es algo que nunca me perdonaría. Tendremos que ver lo que dice el gobierno, pero no estoy seguro de que podremos terminar la temporada".

Ramos reconoció que estaba "desesperado por volver a jugar y ganar la liga", pero agregó que se trata de una situación complicada y cambiante, y que tomaría decisiones basadas en la información del gobierno.

Rakitic fue mucho más contundente y se mostró en sintonía con Javier Tebas, el presidente de La Liga, quien ha sido progresivo, organizado, incansable y articulado sobre los desafíos. Rakitic le dijo a Marca: "Quiero volver a jugar, obviamente corriendo el mínimo riesgo posible, pero no va a ser 100 por ciento seguro. Enfrentamos algunos de los riesgos que otros trabajadores enfrentan cuando vuelven a sus comercios o a sus oficinas, y acepto ese riesgo. Quiero que los futbolistas sean un ejemplo, que demuestren que podemos hacer esto juntos, y quiero que el fútbol les lleve alegría a todos los héroes que estamos viendo en este momento".

Ésta es una buena manera de arrancar la "nueva normalidad" que debe establecerse antes de que el deporte más grande, más hermoso y más popular del mundo vuelva a comenzar. Estas tres posiciones deben ser respetadas sin que los futbolistas que se sientan identificados con la postura de Suso sean pisoteados.

¿Un futbolista bajo contrato debe estar obligado a volver si siente que su situación personal es demasiado riesgosa, aun cuando su club, sus rivales, La Liga y las autoridades necesarias han tomado todos los recaudos posibles? Mi fuerte opinión es: No. Estamos viviendo tiempos absolutamente extraordinarios, únicos para muchos de nosotros. Simplemente tiene que haber margen para las personas que, de buena fe, sientan que no pueden moverse tan rápido como otras.

Por ejemplo, ¿todos los clubes profesionales tienen seguros que incluyen protección por pandemia, lo que significa que si un miembro de su personal enferma gravemente (o peor) durante el regreso a la actividad, habrá una cobertura financiera completa? Lo dudo. Quizá esto se pueda incorporar gradualmente, ¿pero es algo firme en el fútbol profesional español en este momento? Poco probable.

¿Entonces cuándo, y en qué circunstancias, estaría generalmente aceptado que el experimento de volver a competir ha fracasado? ¿Cuando cada club o sus entornos de pronto sufran un brote de nuevos casos de COVID-19? ¿O si una sola región (de la misma manera que Lombardía inicialmente estuvo mucho peor que el resto de Italia, y de la misma manera que Madrid y Cataluña tuvieron índices de infección y mortalidad muy superiores a las de otras regiones) se ve gravemente afectada en junio y julio? ¿O el experimento ha fracasado cuando uno solo de los famosos técnicos o futbolistas de La Liga enferma, o peor?

No sólo no existen protocolos para responder estas preguntas, sino que la situación es tan nueva, tan difícil y tan fluida que hasta que ocurra algo serio, a pesar de todas las precauciones, realmente no sabremos qué es lo que verdaderamente piensa o siente la gente, o cómo actuará la comunidad del fútbol, los jugadores y el personal. Y la nueva normalidad obviamente incluirá partidos a puertas cerradas, probablemente hasta 2021.

De modo que, aunque en términos generales siento que el progreso tentativo de España hacia el regreso a la actividad del fútbol no es una locura y tampoco algo obstinadamente optimista, soy un cínico incurable con respecto a la capacidad de estupidez que tiene el ser humano. Cuando a la ciudadanía se le permitió cierta libertad para salir de sus casas y hacer ejercicio por primera vez en siete semanas, el fin de semana pasado, hubo muchos ejemplos de idiotez total. El primer día de esta "libertad", 119 personas fueron arrestadas en España por transgredir las normas que apuntan a evitar la propagación del virus, mientras que la policía reportó más de 16.000 personas con multas y sanciones.

¿Qué esperanzas tenemos de reiniciar el fútbol en junio, incluso si las cosas marchan bien y no hay grandes cantidades de tontos egoístas congregados alrededor de los estadios cuando se disputen los partidos? Yo diría que cero.

Eso no significa que no deberíamos retomar de a poco nuestra vida normal. Sólo significa que podemos estar 100 por ciento seguros de que la nueva normalidad del fútbol inevitablemente seguirá teniendo muchos de sus viejos pecados: intereses personales, avaricia financiera, estupidez, fanatismo, errores y opiniones completamente divididas acerca de lo que está bien y lo que está mal. Pero también podemos estar igualmente seguros de que esa inspiración y belleza que hay en el fútbol siempre terminará superando sus aspectos deplorables.