Cuando la selección de Francia liderada por Hugo Lloris y Yoann Gourcuff alzó el campeonato sub-19 de la UEFA el 29 de julio de 2005, poniendo punto final a una temporada en la cual el Liverpool ganó la Champions League y el CSKA de Moscú la Copa de la UEFA, nadie podía imaginarse el implacable dominio que el fútbol español comenzaría a imponer sobre Europa en poco tiempo. Desde ese día, hace 15 años, no ha pasado una sola temporada en la cual un club español o uno de los combinados nacionales ibéricos ha dejado de conquistar algún trofeo de campeón en Champions League, Europa League, Copa del Mundo, Campeonato de Europa o sus equivalentes en los niveles sub-19 o sub-21.
El récord se mantiene intacto debido a que, hace poco menos de tres semanas, gracias a una emocionante final de Europa League en la que el Sevilla de Julen Lopetegui, considerado poco favorito en la competición, se impuso 3-2 al Inter Milan. Tomen nota: somos testigos del imperio futbolístico más despiadado y destacado de una nación en la historia europea. Y he excluido a propósito los títulos de Supercopa de Europa o Mundial de Clubes desde 2005; de lo contrario la lista de trofeos, en vez de sumar 27, superaría los 40.
Los planteles "más ganadores" de esta era trascendental son "La Rojita" sub-19 con seis trofeos... y el Sevilla. Ni Real Madrid, ni Barcelona, ni Atletico Madrid. Por el contrario, se trata del club que se ufana de contar con el más grande activo "no jugador" de la era moderna en España: Ramón "Monchi" Rodríguez Verdejo. El maestro armador de planteles. Hablamos del club que sólo ha ganado el título de liga española una vez en su historia, en aquella temporada tan inusual y poco representativa de 1945-46, cuando Europa comenzaba a resurgir tras la guerra y España aún se encontraba en ruinas, debido a la brutalidad de su conflicto civil.
Entonces: con el Madrid, actual campeón, mostrándose un poco tímido en el mercado de fichajes, a menos de que aceleren su política de "vender-vender-vender"; el Barcelona, inmerso en una crisis tal que no se sientes seguros si hoy es miércoles o lunes, y con un Atleti que prosigue desesperado su búsqueda de un goleador prolífico, la pregunta obligada debe ser: ¿Podrán Lopetegui, Monchi, Jesús Navas y Lucas Campos conseguir alguna forma de aprovechar su experiencia a nivel europeo e inspirar al Sevilla hasta alcanzar el título de La Liga?
A pesar de mencionar que los rivales que les rodean podrían mostrar vulnerabilidad, la victoria definitiva siempre comienza "en casa". Entonces, ¿con qué cuenta el Sevilla?
En primer lugar, faltando un mes para culminar el mercado de fichajes, siempre lleno de giros quijotescos y maquiavélicos, el Sevilla ha sido el ganador neto de sus transacciones. Perder a Ever Banega es perder ese ritmo sensual y apasionado al mejor estilo del tango: no se acariciará el balón y se le dejarán de susurrar mensajes de amor en el mediocampo del Sevilla.
Y el hecho que Monchi sea capaz de persuadir a Sergio Reguilón a volver a Andalucía tras su préstamo por una temporada al Madrid, es relevante. Reguilón fue agresivo, veloz, y se mostró apto para cumplir con las inmensas exigencias que impone Lopetegui a su lateral izquierdo: ataque perpetuo y constante rigor en lo defensivo.
Repasamos la imagen y los momentos del delantero del argentino con los culés.
Dicho lo anterior, los contrapesos son excelentes. Ivan Rakitic aporta su experiencia, técnica, liderazgo, producción goleadora y la energía producto de su punzante ira por la forma como fue tratado por el Barcelona. Rakitic vuelve al equipo del que partió en 2014. Hay que confiar en él para que anote al menos un gol en ese primer enfrentamiento del Sevilla contra su antiguo equipo.
Probablemente, Oscar Rodríguez cuente con menos experiencia, pero se trata de un futbolista encantador y lleno de condiciones técnicas. Que haya anotado 13 goles desde el mediocampo en dos temporadas con el modesto Leganés, antes de cumplir 22 años, es indicativo de que, contando con jugadores y técnicos de nivel superior a su alrededor, podríamos presenciar el desarrollo de un futbolista digno de cotizarse por €50 millones luego de ser adquirido por el Sevilla por €35 millones menos. Clásico Monchi.
Necesitamos afirmar, de inmediato, que Lopetegui urge de goles: una mayor producción en general y muchos ataques "matadores" que aseguran partidos "de seis puntos". En la campaña anterior, el Sevilla convirtió 54 tantos en partidos de liga: ningún club ha ganado el título con producción inferior a 70 goles en los 13 años anteriores. La última oportunidad en la que un club conquistó España con similar producción fue en 2002, con el Valencia de Rafa Benítez, y hablamos de un club significativamente más férreo a la defensiva.
A pesar de sus proezas heroicas en Europa, convirtiendo el gol de la victoria en la semifinal contra Manchester United y par de tantos en la final contra Inter, Luuk de Jong se mostró incómodo en el curso anterior, marcando apenas seis goles en su campaña debut en La Liga de España. De Jong, que actualmente tiene 30 años, no es lo suficientemente veloz, técnico o quirúrgicamente preciso para hacer campeón al Sevilla. Independientemente de su decisión de quedarse o dejar el club, Monchi debe conseguir otro centrodelantero versátil si desean hacer historia a nivel doméstico, particularmente después de hacer un análisis clínico del desempeño del Sevilla contra el resto de los cuatro principales clubes del circuito español.
De 18 puntos posibles en la temporada anterior contra Madrid, Barcelona y Atleti, Lopetegui solo pudo sumar tres, con su plantel marcando apenas cuatro tantos. Eso no basta si desean que ésta sea su temporada de excelencia.
Otro suceso totalmente desafortunado y totalmente fuera de su control, es que la casa del Sevilla, el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán del Barrio de Nervión, permanecerá vacía. Se trata de un lugar totalmente magnífico, donde los hinchas fluyen por doquier: esa atmósfera debe valer unos cuantos puntos por temporada, considerando la energía de sus jugadores, cuando la falta de aliento o las piernas adoloridas han amenazado con acabar con ellos. Es difícil, aunque no imposible, imaginar que se pueda permitir ese ambiente pleno, gutural e intimidante durante muchos, muchos meses.
Ahora bien, hablemos de la competición.
El Real Madrid se proyecta como favorito; en parte porque cuentan con el mejor plantel, en parte porque su técnico Zinedine Zidane se ha convertido en poco menos que una máquina ganadora y en parte, porque espero que la Casa Blanca, al igual que el Sevilla, piense en esta temporada diciendo "... ¡Ésta es una oportunidad inmensa para nosotros!"
A favor de los campeones defensores, tomemos en cuenta que nos encontramos a poco de presenciar la madurez futbolística de una nómina que incluye a jugadores de la talla de Federico Valverde, Vinicius Jr., Eder Militao, Martin Odegaard, Rodrygo, Ferland Mendy, Eden Hazard y Marco Asensio... todos ellos, o son sumamente jóvenes y están a punto de beneficiarse de su recién acumulada experiencia, o son relativamente nuevos dentro del club, o volverán a la acción tras recuperarse de una prolongada ausencia debido a distintas lesiones. Durante el torneo anterior, cada uno de ellos mostró señales de poseer un fútbol encantador y fluido, actitud y capacidad para mantener a raya a sus rivales de La Liga.
Las incógnitas que seguramente analizan Zidane y los altos ejecutivos José Ángel Sánchez y Florentino Pérez, son las siguientes:
- ¿Es razonable confiar que Karim Benzema, quien cumplirá 33 años en diciembre, tenga otra temporada con 48 partidos y 27 goles?
- ¿Luka Jovic podrá mostrar nivel digno de un jugador del Real Madrid y sumar la tan necesaria habilidad goleadora?
- ¿Podrán la clase y experiencia que Toni Kroos y Luka Modric despliegan de sobra en el mediocampo superar el hecho de que cumplirán 31 y 35 años, respectivamente, en plena campaña?
- ¿Contará el Madrid con suficiente cobertura con un cuarto central, si durante esta temporada Sergio Ramos (que cumplirá 35 años en marzo próximo) comienza a sentir un poco más de dolor?
- Y finalmente, ¿podrá Greg Dupont, preparador físico del Madrid, que se apresta a iniciar su segunda temporada con el club, aportar a la Casa Blanca energía, resistencia y despliegue físico, elementos de los que carecieron en su compromiso de Champions contra Manchester City y en algunos instantes mientras aseguraban su palmarés liguero?
Florentino, el presidente madridista, también debe preguntarse por qué Zidane se mostró tan dudoso cuando se le pidió confirmar su permanencia a cargo de la plantilla merengue al año siguiente, tras su eliminación en Champions a manos del City. Pero, vamos, que al Barcelona le encantaría intercambiar problemas con el Madrid.
Hoy en día, la totalidad de la población mundial se considera experta en entender cada emoción e idea que pasa por la mente de Lionel Messi. Sin embargo, el diminuto genio nos ha enseñado que se trata de un animal ultra competitivo. Cuando dice que permanecerá en el Barça para dar su máximo esfuerzo, sería tonto dudar de él. Se trata de algo innato en su personalidad.
Sin embargo, existe otra parte de su naturaleza, casi tan icónica como su ferocidad en la cancha, que hemos aprendido a conocer bien. Cuando Messi siente disgusto por algo (bien sean injusticias en el complejo de entrenamientos, incapacidad mostrada por sus compañeros, decisiones arbitrales, mediocridad arbitral u otras espinas en su equipo) a veces es incapaz de contenerse. El argentino cuenta con una capacidad casi inmensurable de aislarse del estrés, pero eso no significa que no se muestre volcánico en ocasiones.
El tono de la relación entre el nuevo técnico Ronald Koeman y Messi quedará abierto a conjeturas. Personalmente, me siento sumamente escéptico. A menos que las cosas vayan de maravilla desde el inicio, creo que no necesitaremos de meteorólogos para pronosticar clima tormentoso, ese del que otros necesitan refugiarse. En torno a Messi flota una galaxia de estrellas atenuadas que desean brillar con mayor fuerza. Un tentativo XI culé conformado por Marc-Andre ter Stegen, un nuevo fichaje, Gerard Piqué, Clément Lenglet, Jordi Alba; Miralem Pjanic/Sergio Busquets, Frenkie De Jong; Antoine Griezmann, Messi, Ousmane Dembélé; Ansu Fati/Nuevo Fichaje; asumiendo que esos nuevos fichajes cuenten con la calidad debida, dentro de un esquema 4-2-3-1 parece competitivo. Incluso, divertido.
Sin embargo, Ter Stegen estará fuera de acción por varias semanas, el Barcelona no ha hecho buenos fichajes durante varios años, la guerra civil está más que garantizada, se extrañará con creces a Luis Suárez de presionarse su salida (algo que el presidente Josep María Bartomeu está decidido a conseguir) y la probable partida de Messi en junio próximo será objeto constante de titulares de "lo hará, no lo hará", todos los días, en los medios españoles. Debo decir que será todo un milagro si el irascible y testarudo Koeman puede confeccionar un verdadero contendor al título esta temporada.
Ahora debemos hablar del Atlético, un club del que tendremos que volver a referirnos en diversas ocasiones durante el transcurso de la temporada. Sin duda, cuentan con un técnico de calidad tremenda, como lo es Diego "Cholo" Simeone, quien acaba de perder a su ex mano derecha, Germán "Mono" Burgos. Simeone, uno de los entrenadores mejor remunerados (si no el mejor pagado) del balompié mundial, parece encontrarse a mi juicio, metido en un atolladero.
En otros tiempos, los colchoneros eran capaces de ufanarse de un régimen de entrenamientos brutal, aunque superior, al mano de Óscar "Profe" Ortega; no obstante, en meses recientes, el Atleti no se ha mostrado tan agudo, con aquél despliegue físico vibrante y fortaleza implacable que ostentaban antaño. Adicionalmente, se me informa que el Atleti desea generar aproximadamente €100 millones en ventas para mitigar sus deudas. ¿Cómo lograrlo, negociando con suficiente inteligencia para evitar el debilitamiento de la nómina?
De mantener intacta a la mayoría de este grupo y no sentir la necesidad de dejar partir a su arquero Jan Oblak (su mejor jugador y que necesita, según se me ha informado, de ciertas garantías relativas a la dirección del club para mantenerlo contento y con deseos de permanecer en la plantilla), entonces el Atleti y Simeone necesitarán ansiosamente contar con un artillero capaz de sumar 25 goles por temporada. Basta decir que "El Cholo" tenía ciertos deseos de intentar persuadir a Suárez: ¿recuerdan cómo fue capaz de lograr una hazaña similar para liberar a David Villa del Barcelona, justo antes de iniciarse la que sería la campaña cuando el Atleti alzó el título en 2014? Si este técnico ultra competitivo logra importar un delantero hambriento de triunfos y a la vez, mantener sin cambios a la médula espinal de su actual plantilla, los colchoneros serán contendores al título.
¿Pueden imaginárselo? ¿El Atleti con el poder de Suárez, el Madrid con sus chicos maravilla madurando, el Barcelona en crisis permanente y el Sevilla dando la sorpresa hasta cruzar la meta en mayo?
Esta temporada, la lucha por conquistar al país más exitoso y dominante del panorama futbolístico mundial volverá a ser alocada, rebelde, mágica y magnífica. Se los prometo.